Excelencia germánica

Ignacio Ferreiro

MOTOR ON

El carisma añadido por los diseños de Geiger a las tradicionales robustez y fiabilidad de la mecánica alemana consolidaría a Mercedes-Benz como representante de los fabricantes europeos de automóviles de lujo.

13 ago 2017 . Actualizado a las 19:20 h.

Los orígenes del memorable Mercedes-Benz 300SL se remontan a la decisión del fabricante alemán de volver a la competición tras la Segunda Guerra Mundial y los difíciles años que la siguieron, intentando reeditar los éxitos conseguidos por las Flechas Plateadas antes de la contienda, y renovar el prestigio internacional que le proporcionaban.

Siguiendo el modelo utilizado por Jaguar, que en 1951 se había alzado con la victoria en las 24 Horas de Le Mans con el C-Type, un deportivo que tomaba prestado el motor XK de 3.4 litros que equipaba una berlina de la marca, el Mark VII, Mercedes recurrirá también a componentes de una prestigiosa berlina, el 300S de 1951, que proporcionará el motor de seis cilindros y 3 litros, la transmisión y la suspensión. Pero la facilidad y rapidez que suponía utilizar estos componentes, bien experimentados, tenían como contrapartida su considerable peso, y a este inconveniente respondería la sustitución del chasis habitual por un bastidor ligero de entramado de tubos, desarrollado por el equipo dirigido por el ingeniero Rudolf Uhlenhaut, que había sido ya responsable del departamento de competición de la marca durante la década de los ’30. Dotar a esta estructura de la rigidez necesaria requería que sus laterales alcanzasen una altura considerable, imposibilitando la utilización de puertas convencionales y dando lugar a las legendarias alas de gaviota sustentadas en la línea central del techo.

El modelo de competición W194, bautizado como 300SL, por Sport Leicht (deportivo ligero), obtendría éxitos inmediatos desde su primera aparición en las Mille Miglia en mayo de 1952, donde lograría el segundo y el cuarto puesto, a la que seguirían en aquel mismo año victorias en Nürburgring, donde una versión roadster ocuparía las cuatro primeras posiciones, en la Carrera Panamericana con 1º y 2º por delante del Ferrari 340 México diseñado especialmente para esta prueba, y la más importante de todas, en Le Mans, también con 1º y 2º.

Las expectativas de ventas en el mercado americano de una versión domesticada de aquel modelo de competición, que su victoria en la Panamericana había popularizado en Estados Unidos, harán que se desarrolle de inmediato el modelo de calle, el W198, que causará admiración en el Salón del Automóvil de Nueva York de 1954. Tres años después el coupé será sustituido por la versión roadster presentada en el Salón del Automóvil de Ginebra de 1957, que se mantendrá en producción hasta 1963. La imagen definitiva de estos modelos, tanto el coupé como el roadster, será concebida por el diseñador Friedrich Geiger, reincorporado en 1950 al recién implantado departamento de diseño de Daimler-Benz, que pocos años más tarde pasaría a dirigir, tras una anterior estancia en la sección de carrocerías entre 1933 y 1948.

Geiger había nacido en 1907 en la ciudad de Süssen, en la región alemana de Stuttgart, y se había formado como carrocero antes de cursar estudios de diseño. Incorporado a Daimler-Benz a las órdenes de Hermann Ahrens en la época en las que las carrocerías se montaban aún sobre bastidores de madera, demostrará pronto que su talento como ingeniero se complementaba con su sentido de la estética y la proporción, diseñando modelos tan reconocidos como las versiones Special Roadster del Mercedes 500/540K de 1934.

Durante su trabajo ya ininterrumpido en Daimler-Benz desde 1950 hasta su jubilación en 1973, Geiger será responsable de la imagen de excepcionales sedanes, como el Mercedes Colas de 1959 (W111), el 600 de 1963 (W100), el 250 de 1965 (W108/109), o los Clase S de 1972 (W116), y de coupés y roadsters como los SL de 1963 (W113) o los de 1972 (R107), con los que definirá el vocabulario formal y el estilo del fabricante alemán. Seguirá siendo sin embargo el 300SL su diseño más admirado, convertido en uno de los mayores iconos del diseño de automóviles.

En palabras de su discípulo y sucesor al frente del departamento de diseño de Mercedes, Bruno Sacco: en la historia de los coches deportivos, hay solo muy pocos otros ejemplos de una exitosa combinación de rendimiento y superioridad con líneas armoniosas y al mismo tiempo poderosas.

De carácter reservado y riguroso, Geiger, que era además un consumado acuarelista, fallecería en 1996, a los 89 años, en la pequeña ciudad alemana de Bad Überkingen.