China pone la diana en las marcas europeas

MOTOR ON

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La dependencia  de  los  constructores europeos del cada vez más importante mercado chino se evidencia con la pujanza de los salones del automóvil de ese país, como los de Pekín y Shanghái, donde ahora se presentan modelos que años atrás se reservaban para París, Frankfurt, Ginebra o Detroit.

04 may 2015 . Actualizado a las 14:02 h.

China manda en el mundo de las cuatro ruedas hasta el punto de que la plana mayor de Mercedes, encabezada por el Dr. Dieter Zietsche, presidente de Mercedes Benz, se ha desplazado a Shanghái para presentar el concept del GLC Coupé, que sustituirá al GLK en la gama para abanderar la ofensiva de crossover que la marca desata para tratar de frenar a su gran rival BMW. China consigue desplazar así el centro de atención de las marcas Premium europeas, que hace solo una década fijaban más su punto de mira para los modelos más caros en el mercado norteamericano.

Y Mercedes no ha estado sola en Shanghái ya que, por ejemplo, el grupo PSA ha realizado un gran despliegue presentando también allí otra primicia mundial, un concept car que contiene los rasgos del próximo Aircross, su crossover compacto que sustituirá al actual que PSA fabrica conjuntamente con Mitsubishi y que dejará de ser japonés para convertirse en producto francés cien por cien. Junto al espectacular Aircross, en caso de mantener sus rasgos en la serie será un coche muy llamativo y vanguardista, Citroën introduce el C4 Picasso que se fabrica en Vigo en el mercado chino, lo cual puede ser un gran espaldarazo para este modelo.

La marca de lujo del grupo, que ahora es DS, también hizo un gran despliegue en Shanghái, presentando el nuevo DS5 que recoge una inédita parrilla, ya sin los logos anteriores de Citroën. Hay que tener en cuenta que DS ha vendido 26.000 coches en China a lo largo del 2014, lo que supone el 22 por ciento de  sus ventas totales y que en ese país ya tiene 82 DS Stores en 60 ciudades, además de una planta de producción en Shenzen.

Otro de los grupos europeos con grandes intereses en China es el alemán de Volkswagen, que estrenó el C Coupé GTE, un prototipo de una berlina de cuatro puertas con estilo cupé y de más de cinco metros de longitud, que tiene además la particularidad de una propulsión híbrida, algo que tarde o temprano  resultará importante en las ciudades más grandes de China que ya presentan alarmantes niveles de contaminación por gases de escape.

Se espera que en China se tomen medidas sobre este tema medioambiental y BMW, otra de las grandes marcas implicadas en aquel mercado lo sabe y por ello ha presentado como primicia mundial en Shanghai su modelo de más éxito en China, el X5, dotado de una motorización híbrida enchufable, la primera de la marca, bajo el nombre de X5 xDrive40e. 

Su motor de gasolina, unido al eléctrico puede rendir una potencia de 313 caballos, pero sus niveles de emisión se reducen a 77 gr./Km. una cifra muy baja. Por otra parte, el cada vez más pujante mercado chino empieza a mandar también en el diseño de automóviles europeos.

COMPETIR O ALIARSE

Las grandes marcas europeas han buscado alianzas para poder entrar en mercados interesantes como el de China, o incluso para abaratar costes en época de crisis y ahorrarse grandes inversiones industriales.

En China existen más de sesenta marcas, la mayoría de ellas oriundas y el gobierno chino las ha protegido con una política restrictiva, que obliga a cualquier fabricante extranjero a formar una joint venture con una empresa china para poder fabricar en aquel país.

A partir de ahí han surgido las alianzas. Algunas muy consolidadas, como las de Volkswagen y FAW, que ya tiene más de veinte años de historia y que hace un año decidieron ampliar su capacidad de producción con nuevas plantas en Qindao y Tianjin. 

Lo mismo que los alemanes de BMW, que ya venden   medio millón de coches al año en China, donde fabrican automóviles en alianza con  Brilliance desde hace doce años, en  la fábrica de Shenyang.

Mercedes no es ajena a esta necesidad de desembarco en China y para ello tiene como aliado local desde 2006 a BBAC y acaban de invertir 4.000 millones de euros conjuntamente para desarrollar más su estructura.

Punto y aparte merecen los acuerdos adoptados por el grupo francés PSA, Peugeot, Citroën y DS, con el grupo chino Donfeng, ya que al margen de servirse de esa alianza para fabricar en China desde 1992, el pasado año fueron casi rescatados por el grupo chino que entró a formar parte de su accionariado.

Algo similar ocurrió con Volvo, la marca sueca abandonada por el grupo Ford y que fue comprada, in extremis, por la china Geeling, por mil trescientos millones de dólares, casi un regalo, y ahora vende en China los coches escandinavos.

No es algo nuevo y el hecho más notable ocurrió en 2008, cuando dos de las joyas de la otrora floreciente industria automovilística británica, como Jaguar y Land Rover, fueron compradas por la india Tata, algo que escoció mucho en la City londinense.

ALIANZAS INDUSTRIALES

Pero al margen de joint venture y de compras de los florecientes grupos orientales, entre las marcas europeas surge la necesidad de crear alianzas industriales para repartir inversiones. 

Así lo han entendido grupos como Renault, aliado con Nissan, con la que interactúa intercambiando tecnologías y ahora algún modelo como el Qashqai-Kadjar. 

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También lo hace así PSA, que cerró una alianza con General Motors para fabricar modelos conjuntamente, entre ellos la furgoneta Opel Combo, con la Citroën Berlingo y Peugeot Partner en la planta de Vigo.

Es algo frecuente, sobre todo en el caso de vehículos industriales donde se han dado muchas alianzas de este tipo como las que formaron entre sí Fiat con Peugeot y Citroën, o la propia Opel y Renault, y últimamente Mercedes y Renault, que cristalizó con una Citan alemana, idéntica a la Kangoo francesa.

PSA de nuevo fue protagonista de una intensa alianza con Mitsubishi, primero para fabricar vehículos crossover y después para el modelo eléctrico, una alianza que parece que tiene ya fecha de caducidad con el Aircross estrictamente francés que se presentó en Shanghái.