La cirugía cambia tu cuerpo, no tu vida

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Tener clara la motivación. Esto es, para los especialistas, lo más importante a la hora de plantearse una operación de cirugía estética, algo tan normal hoy como la ortodoncia o los implantes dentales. Corregir un defecto estético o mejorar una zona del cuerpo es fácil, pero arreglar la vida de una persona, recuerdan, no está en manos del cirujano.

15 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuidar la imagen forma ya parte importante de la sociedad, más aún en la era digital y también para las nuevas generaciones, que cada vez más se plantean acudir a un cirujano plástico para acercarse a su ideal estético.

 En Galicia, cirujanos como el doctor José Vila Moriente conocen bien la demanda de una población mayoritariamente femenina (en un 80/90 %) que se pone en manos de profesionales para estar a gusto con su cuerpo. «La cirugía estética -explica- es hoy un servicio médico que está establecido con normalidad entre la población, como la ortodoncia o los implantes dentales. No se puede hablar de que en la actualidad haya un bum porque eso ya es casi de la década de los noventa, cuando empezaron a crearse las primeras cadenas de cirugía estética. Entonces dejó de ser minoritario, y es verdad que ahora vivimos un momento de auge que sigue a la incertidumbre que vivimos con la crisis económica».

Pero, ¿qué es lo primero que alguien debe plantearse cuando piensa en acudir a un cirujano estético? «Lo primero que tienes que hacer si piensas en operarte es preguntarte a ti mismo qué motivación te lleva a hacerte esa operación. Nosotros solo operamos cuerpos, tejidos; no operamos motivos. Si el motivo real es que tu marido se ha ido con otra más joven tendrás que pensar si con una cirugía que va a afectar solo a una parte de tu cuerpo puedes arreglarlo».

Un gran cambio

El experto reconoce que la cirugía puede ser un gran cambio, pero no la solución a los problemas. «No pretendas que la cirugía te cambie la vida. La cirugía te va a cambiar el cuerpo. Punto. Si a raíz de ese cambio te ves más guapo, mejor y tu vida mejora, pues genial, pero no es una consecuencia directa. Aunque es verdad que hay gente que lleva una vida muy huraña, está muy enfadada con todo y de repente se opera y se siente mejor consigo mismo su vida cambia». Lo primero, pues, es la motivación. «Si hay un motivo anatómico real, pues adelante. Si es una cosa psicológica, pues no».

La segunda condición es ponerse en manos de un especialista, un cirujano plástico titulado. «El plástico opera en hospitales de verdad (el Belén o el Modelo, en Coruña; la Esperanza o la Rosaleda, en Santiago; el Polusa en Lugo o El Carmen en Ourense, por ejemplo). A un cirujano estético no le permiten el acceso a los hospitales, tiene que hacer cosas en su clínica o en su casa y, sale más barato, pero claro, si hay problemas se puede pagar muy caro».

También puntualiza este tema el presidente de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE) , el doctor Carlos del Cacho, que recuerda que en este ámbito muchas veces «hablamos de intrusión y no solo de intrusismo, que es un delito y se produce cuando alguien que no es médico ejerce como tal. La intrusión tiene que ver con el hecho de que un médico que termina la licenciatura, a día de hoy, en España, puede realizar cualquier tipo de procedimiento médico o quirúrgico. No actúa en contra de la ley, pero sí de forma inadecuada».

«Es frecuente -añade la doctora Ana Jiménez, secretaria general de la SECPRE- que algunas especialidades se solapen. Por ejemplo, los cirujanos plásticos hacemos cirugía de la nariz y los otorrinolaringólogos también y no pasa nada, porque unos y otros tenemos la formación curricular para ello. Lo que no es normal, por poner otro ejemplo, es que un médico general se dedique a realizar aumentos de mama sin la formación necesaria sobre este tipo de intervención, con los consiguientes riesgos para las pacientes y la calidad del resultado».

Por eso es importante elegir a un cirujano plástico titulado. Y a veces, incluso, conviene consultar a varios. «Es importante la consulta con el cirujano que te va a operar -asegura Vila Moriente-. Es una cuestión de fe y de feeling, si el cirujano que has visto tiene algo que no te acaba de convencer pues busca otro con el que te sientas a gusto y entienda lo que buscas y lo que quieres hacer. Si ves que tu dices una cosa y el te responde otras diferentes, algo falla». Además, conviene informarse porque cada profesional tiene su estilo y sus gustos, y el resultado puede ser diferente. «Si le encargas un retrato a Picasso -afirma el experto- pues ya sabes que te va a poner un ojo arriba y otro abajo. Aunque la verdad es que en Galicia somos todos muy discretos y muy elegantes».

El aumento de pecho

Desde hace quince años la operación más demandada es el aumento de pecho, seguido de la liposucción, un tándem que ha rebajado a la tercera posición a la famosa rinoplastia. Además, la edad de las pacientes es cada vez más joven. «Sí, por lo menos cada vez hay más gente joven que se lo piensa. Luego hay veces que la familia les protege, que vienen con las madres y después se lo piensan. Pero tienen mucha información y saben lo que quieren. Nos pasa que a veces las mujeres de 40 o 50 están muy perdidas en este tema y en cambio sus sobrinas pequeñas lo saben todo».

En cuanto al precio de una operación de estética, los médicos reconocen que es caro, pero también explican el porqué. «Los gastos sanitarios son elevados -reconoce Vila- porque además estamos acostumbrados a una seguridad social fantástica y gratuita, y creemos que no cuesta. Pero abrir un quirófano para una persona con todas las garantías, todos los estudios microbiológicos y cuatro o cinco personas esperando por ti eso vale un dineral». Las cifras, aseguran, pueden oscilar entre los cuatro mil y los seis mil euros, incluso un poco más si son varias cosas las que se hacen en la misma cirugía. «Sí es verdad que es caro, pero hoy en día hay mucha financiación, y también es caro un viaje al Caribe o a Eurodisney; pero en la mayoría de los caso se puede hacer, se puede afrontar».

¿Y los riesgos?

Una de las cosas que más frena a quienes quieren operarse es el miedo. ¿Son realmente tantos los riesgos? «Hay gente que tiene miedo al quirófano, cuando es al revés. En realidad es lo que te va a salvar, no pasa nada. Lo que sería preocupante es que alguien te dijese: ‘túmbate en esa camilla’ y te operase allí. Es importante tener en cuenta que normalmente tratamos gente joven y sana, y que son intervenciones regladas que no se hacen ni con urgencia ni con prisas, con estudios preoperatorios completos, y se opera a la persona cuando le viene bien. Se prepara todo con mucho tiempo y se consulta con el anestesista. No entramos en cavidades importantes como el tórax, el cráneo, la cavidad abdominal... Es todo superficial. Si se hacen las cosas bien no tiene por qué pasar nada,. De hecho, en España las cifras de muertos por cirugía estética en las últimas décadas son mínimas. Uno piensa en los riesgos de irse a Ribeira en coche por la vía rápida y son muchos más».

La parte más importante para que la operación sea un éxito es el posoperatorio. Suele durar unos veinte días y es duro (vendajes, puntos, hematomas, inflamación...). No es necesario estar en la cama pero no se puede trabajar, ni madrugar mucho, ni estresarse, ni conducir. Gran parte de los problemas que hay en la cirugía son por un mal reposo.