Este blog es su mejor medicina

Ana Montes

EXTRAVOZ OK

Bloguean su enfermedad para compartir experiencias con otras personas que afrontan el mismo problema o vagan a la deriva buscando respuestas. Muchos de los males que han ido resolviendo empiezan con la candidiasis intestinal, levadura menospreciada, cuyo origen suele buscarse en la boca, genitales o un sistema inmunodeprimido

18 dic 2016 . Actualizado a las 04:00 h.

Hasta que Amaya recopiló en tratamientocandidiasis.com todo lo aprendido devorando libros de medicina ortomolecular mientras su Sensibilidad Química Múltiple, Fatiga Crónica, Fibromialgia y Sensibilidad Electromagnética la dejaban en cama, se hizo consciente de que su candidiasis «mal tratada en origen» y que duró 15 años fue el detonante de sus problemas. Los consejos de esta ex azafata y nutricionista, con una invalidez reconocida por la aerolínea en la que se fue intoxicando con benceno y tolueno, y metales pesados como el mercurio de sus amalgamas «de plata», las recoge también en lasanaciondeamaya.com.

«Fue muy complicado encontrar la raíz y aunque sigo con Fibromialgia he ido mejorado», cuenta esta valenciana que, además, durante tres años hizo un tratamiento oral con quelantes para atrapar los metales pesados acumulados que, asegura, le habían «bloqueado una de las fases de detoxificación del hígado». Su doctora, especialista en patologías medioambientales, «o había visto jamás a nadie con tantos metales incluyendo el mercurio», un neurotóxico aún subestimado por médicos y dentistas que provoca estragos. Pero Amaya adquirió una dieta ecológica anticándida sin azúcares, aire limpio para no reintoxicarse, se quitó las amalgamas y, con probióticos, antifúngicos naturales y suplementos de calidad empezó a rehacerse logrando también sacarse la mascarilla de carbón activo tras la que estuvo encerrada dos años, explica esta luchadora que cree que «si los médicos diagnosticaran mejor al enfermo y supieran desintoxicarle, estas enfermedades no se cronificarían».

Desde Tomiño (Pontevedra) también se abre al mundo otro blog (mundobacteriano.com) en el que Antonio, informático, enseña a iniciarse en la fermentación para mejorar la flora intestinal y antídoto de muchas dolencias. Su experiencia también fue dura. Las roturas sistemáticas de huesos -frecuentes en su familia- y las depresiones le llevaron a ligar su problema con una permeabilidad intestinal provocada por una candidiasis que le impedía absorber nutrientes, lejos de la supuesta enfermedad genética con que los reumatólogos le etiquetaron. «A veces pienso que ya me he curado y otras que no pero estoy mucho mejor y, aunque he superado el bache, siempre encuentro motivos para hilar más fino»,

Desde que pensó en que la candidiasis era la causa se le abrió «un mundo de posibilidades y empecé a solucionarlo, entre otras cosas, con los fermentados. Empecé con un tenedor al día de chucrut y ahora tomo tres», explica este bloguero, que no médico. Especifica, que además de acabar con su candidiasis y el rosario que encadenó sigue reforzando su sistema inmune fermentando distintas verduras para conseguir diferentes cepas probióticas. «Cuando el intestino está en tal mal estado tampoco fabrica las sustancias químicas que necesita: neurotransmisores, enzimas… Produce carencias y un destrozo a todos los niveles. La gente está padeciendo enfermedades intestinales y no se dan la debida importancia», reitera Antonio que siempre corrobora con información científica los síntomas que él mismo va experimentando.

El caso de Edurne empezó de niña. Ella es evamerdelamanzana.com, blog que enarbola sin estridencias la bandera de la dieta paleo. Para ella la alimentación correcta es la base de un intestino sano. De ahí, su ebook on line con recetas de placer porque Edurne, muy cocinitas, que se metió a compartir con otros sus experiencias, ha encontrado también en la red su lugar como coach nutricional con el enfoque de la medicina funcional y centrándose en la fatiga adrenal, un problema que le afectó de manera directa aunque el origen fueran sus trastornos intestinales.

«La medicina funcional trata a la persona como una unidad porque un problema hormonal puede venir de uno digestivo o de parásitos, por ejemplo. Previene la enfermedad con analíticas de rangos diferentes a los de la medicina convencional que busca valores que indican ya la enfermedad», explica Edurne, a quien los médicos recomendaron aceptar de por vida la severidad de sus múltiples síntomas que la encerraron en casa. Y aunque lo había asumido también pensó: «puedo vivir con mala salud pero no gorda (bromea). Por lo que al investigar para adelgazar, vi que había una relación entre hormonas y peso. Cambié mi alimentación y en dos años me desaparecieron todos los síntomas, incluidas las alergias y la permeabilidad intestinal. Aún estoy en proceso. No sé si en algún momento estaré completamente recuperada tras años de maltratarme con antibióticos y antihistamínicos que destruyeron mi microbioma pero sigo trabajando mi salud», dice ilusionada.