¿Tuercebotas es un vino?

C.O. BOUZAS

SABE BIEN

Esta joven bodega de Aldeanueva de Ebro se está abriendo un hueco en el mercado del rioja por su calidad, que la ha hecho merecedora ya de dos Bacchus de Oro y medallas en los más importantes certámenes del mundo.

29 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Los peculiares nombres de sus vinos y sus artísticas etiquetas llaman la atención. Tuercebotas, Cofrade, Notas del Medievo... son como una buena estrategia de márketing, que, además, parece estar de moda, aunque ya la utilizan desde hace algunos años algunas bodegas como El hombre bala, La mujer cañón, Gran cerdo, Con un par, Perro Verde... Es decir, que por sus nombres los conoceremos, aunque esto no está reñido con la calidad. Y este es el caso, a juzgar por los premios obtenidos en esta corta vida para una bodega. Las viñas son todas propiedad de los socios y elaboran desde vinos jóvenes y afrutados, como los de la gama Cofrade, hasta los excepcionales varietales de la gama Tuercebotas, pasando por los grandes vinos de crianza y reserva de la gama de Medievo. La última incorporación es un crianza tradicional, llamado Notas del Medievo, un Tempranillo 100% procedente de cepas de más de 40 años.

La bodega

Esta bodega se creó en el año 2002 entre un grupo de agricultores y distribuidores, en una localidad vinícola por excelencia, como es Aldeanueva, a 50 kilómetros de Logroño, la capital de la Rioja. Las instalaciones ocupan una superficie de 3.500 metros cuadrados. Tiene una capacidad de elaboración de 2 millones de kilos de uva y 2.500 barricas (80% roble americano y 20% francés). Cuenta con depósitos de acero inoxidable, la más moderna tecnología y la madera de barricas nuevas, que dominan toda la planta de la bodega.

El viñedo se extiende por la zona más alta de Aldeanueva de Ebro, a 500 metros de altitud. Los suelos son arcillo-calcáreos, pobres en materia orgánica, y con pluviometría escasa; que en conjunto son condiciones óptimas para el cultivo de uva. Son 150 hectáreas de viñedo de las variedades 70% tempranillo, garnacha, graciano y mazuelo.

Tuercebotas, un descubrimiento

Cuando en un restaurante de Madrid nos ofrecieron el Tuercebotas, el sumiller nos informó que de este vino riojano, que llegó a conseguir medallas de plata y oro en Bruselas, tenía blanco, elaborado con uvas 100% tempranillo blanco, una mutación natural del tinto tradicional y dos crianzas, uno de garnacha y otro graciano, este último ganador en múltiples concursos españoles e internacionales el pasado 2016.

Fue todo un descubrimiento porque nos fiamos del experto y también nos dejamos llevar por la curiosidad, y lo cierto es que no nos defraudó. El blanco es de color amarillo pálido, muy suave en boca y muy aromático. Dicen en la nota de cata: «aromas de frutas blancas muy maduras como manzana o pera sobre un fondo tropical de piña y plátano. En boca suave, glicérico con toques especiados y un final con recuerdos florales».

De los tintos nos sorprendió gratamente el graciano, porque es un rioja diferente y que denota claramente su paso por madera, que se complementa muy bien con las cualidades de esta variedad de uva.

En la nota de cata los expertos lo definen así: « color cereza intenso con tonos púrpuras, menisco rubí, aromas de frutas rojas y negras, especialmente cereza, toques florales y vegetales. Notas especiadas (clavo) y tostadas de roble francés. Boca potente, fresca, con marcadas sensaciones ácidas propias de la variedad, bien equilibradas con sus sensaciones glicéricas y taninos marcados pero maduros».

Y por último, hacer una breve referencia al cofrade de maceración carbónica, un monovarietal de tempranillo. Las uvas se introducen enteras y con raspón en los depósitos. En estas condiciones se produce una fermentación enzimática con desprendimiento de anhídrido carbónico, que le confiere al vino unas características de aroma y sabor específicas.