Huella oriental en el pazo de Fefiñáns

SABE BIEN

El salón de los papeles pintados siempre encandila a los visitantes de la construcción más céntrica y representativa de Cambados. En estas guías se habla de albariño y de historias que ahora se pueden completar gracias a investigaciones que se llevan a cabo para seguir cuidando los tesoros de un Bien de Interés Cultural desde el año 2012

03 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El Pazo de Fefiñáns es sinónimo de albariño y de historia de Cambados. Algo que se puede disfruta por igual en unas visitas guiadas que hacen un recorrido por las viñas, el bosque y unas estancias que hacen viajar a otros siglos gracias a las explicaciones de los responsables de una de las bodegas de la casa, Gil Armada, y de la historiadora Bea Laya. Precisamente esta experta en arte acaba de realizar un hallazgo que da a conocer la huella oriental en uno de los salones más especiales, el de los papeles pintados. «Esta parte era una antigua sala de reunión y llama mucho la atención a las visitas, al igual que el bosque, cuando abrimos la puerta que lleva hacia él la gente se queda maravillada», explica Marisa de Laiglesia, que junto a su madre Marisa y su tía Ángela Gil de la Peña mantienen el pazo, la bodega y la historia de una familia que se puede conocer en cualquiera de las tres visitas diarias (a las 12, las 13 y las 18 horas, los domingos se realizan previa cita).

En estos paseos se relatan los frutos de las investigaciones históricas que permiten conocer las personalidades que pasaron por el pazo. Una de ellas fue Benito Pardo de Figueroa, «reformador do exército e embaixador en Berlín e San Petesburgo, que foi o responsable de encargar, mercar e traer a Fefiñáns unha das pezas máis representativas que se atopan no interior do pazo: o papel pintado», explica Laya, una estudiosa que ha logrado dar con información importante sobre los talleres franceses en los que se crearon estas obras hace más de 200 años. Este descubrimiento facilitará una restauración que ya tuvo una intervención de urgencia tras el ciclón Hortensia del año 1984 y que se enmarca dentro del mimo que requiere un pazo declarado Bien de Interés Cultural hace cinco años.

«Inspiradas en oriente, pódense contemplar dúas composicións diferentes dun papel pintado realizado a principios do século XIX por dúas empresas francesas, unha das cales segue en funcionamento, e as pranchas coas que foi realizado o papel no 1807 declaradas como Monumento Nacional Francés: trátase de L’Hindoustan, unha composición inspirada na India, e Les Rives du Bosphore, realizada no 1810 evocando a cidade de Istambul», explica Bea Laya.