E l mejillón de río, o náyade, es una especie en riesgo de extinción que se emplea como bioindicador del estado del sistema fluvial. De su estudio se encarga Mari Paz Ondina Navarret, profesora de Zoología en la Universidade de Santiago e investigadora del proyecto LIFE+ Margal Ulla, coordinado por el Servicio da Conservación da Natureza, para la recuperación de poblaciones en el Ulla.
-¿Qué es el mejillón de río?
-Es un bivalvo de más de 7 centímetros, capaz de filtrar hasta un litro de agua por hora, conformando un microhábitat oxigenado y rico que es utilizado por otras especies de invertebrados. Puede vivir hasta 150 años, lo que lo convierte en testigo silencioso de la historia de nuestros ríos.
-¿Por qué es un bioindicador de la calidad del agua y del entorno?
-Además de la presencia de salmónidos, en cuyas branquias se desarrollan sus larvas, necesita aguas claras, corrientes oxigenadas... Debido a sus estrictos requerimientos, se considera una especie bioindicadora del estado del ecosistema fluvial y, en términos de conservación, una especie paraguas, ya que favorece a muchas otras. Son nuestro filtro de carbón activo de este enorme acuario que es el río, los primeros centinelas. Su desaparición provocaría una disminución apreciable en la biodiversidad y un deterioro de las condiciones ambientales del agua y del lecho fluvial. Y lo que le está ocurriendo es una extinción a cámara lenta.
-¿Lo tenemos en Galicia?
-Nuestra especie más abundante de náyade es Margaritifera margaritifera. Era probablemente el bivalvo más frecuente en los ríos europeos que vierten al Atlántico. Hoy está en peligro. Confirmamos su presencia en más de 50 de nuestros ríos, pues Galicia tiene el 80 % de las poblaciones de la Península. Aun así, tuvo un gran declive en 50 años: en muchos ríos ha desaparecido, las colonias están dispersas y los ejemplares, envejecidos, no se reproducen.
-¿En qué ríos sobreviven y, por tanto, son realmente ecológicos?
-Las mejores poblaciones se pueden encontrar en los tramos menos antropizados del Masma o el Navia, y únicamente en el Eo, río salmonero por excelencia, se puede hallar un porcentaje de juveniles suficiente para constatar que existe reclutamiento activo.