«Bombardear al Estado Islámico en Siria es una causa justa»

EXTRA VOZ

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François Hollande declaró la guerra al Estado Islámico tras los atentados de París y esta semana ha anunciado que los aliados van a acelerar los bombardeos contras los terroristas en Siria. ¿Servirán para algo los ataques aéreos? ¿Están justificados? El reputado experto Alex J. Bellamy da las respuestas

24 ene 2016 . Actualizado a las 09:37 h.

Es una autoridad mundial en protección humanitaria, prevención del genocidio, uso de la fuerza militar, mantenimiento de la paz y ha acuñado el término responsabilidad de proteger. Profesor de Estudios sobre la Paz y el Conflicto de la Universidad de Queensland (Australia) y director del Centro Asia-Pacífico para la Responsabilidad de Proteger, Alex J. Bellamy es autor de libros como Guerras justas. De Cicerón a Irak (Fondo de Cultura Económica) o Responsabilidad de proteger. En esta entrevista exclusiva analiza la respuesta que se debe dar al Estado Islámico y la situación en Siria.

-¿Es una guerra justa bombardear al Estado Islámico en Siria? ¿Por qué?

-Sí, yo creo que bombardear al Estado Islámico en Siria está justificado. En primer lugar, estamos hablando simplemente de extender las operaciones existentes en Irak a Siria, ya que el Estado Islámico no respeta las fronteras y ha utilizado sus bases en Siria para atacar Irak. Hay muchas razones para pensar que se trata de una causa justa: el Estado Islámico ha cometido numerosos crímenes de lesa humanidad, entre ellos posiblemente genocidio contra el pueblo yazidi. Ha masacrado a prisioneros y civiles, perpetrado violaciones masivas y convertido a miles de mujeres y niñas en esclavas sexuales. No hay esperanza de negociar una solución con ellos, porque quieren nada menos que la eliminación de sus enemigos. El bombardeo también está autorizado por el Consejo de Seguridad de la ONU, que ha pedido a los estados a utilizar «todos los medios necesarios» para acabar con el terrorismo del Estado Islámico.

-¿Cuáles deberían ser los objetivos de los bombardeos?

-El objetivo final debe ser la derrota del Estado Islámico y la instauración de gobiernos legítimos en todo el territorio de Irak y Siria. Eso es obviamente más fácil en Irak que en Siria, pero incluso en Irak exigirá más reformas internas para asegurar que el gobierno es adecuadamente inclusivo y plenamente legítimo. La pregunta es cuál es la mejor manera de lograr esos objetivos. ¿Debería Occidente, por ejemplo, enviar fuerzas terrestres sobre el terreno? Mi sensación es que una intervención a gran escala está plagada de dificultades y debe ser el último recurso. Mientras tanto, creo que la estrategia de bombardeos tiene sentido. Su objetivo es degradar la capacidad del Estado Islámico para ganar y mantener territorio mediante el debilitamiento de su capacidad militar, la reducción de su capacidad financiera y la inhibición de su capacidad para moverse entre ciudades. Esto permite a los grupos armados locales llevar la batalla contra el Estado Islámico sobre el terreno. A la larga, sería ventajoso que los iraquíes y los propios sirios ganaran la batalla. Obviamente, en Siria la oposición moderada ha sido golpeada por todos lados y ahora es bastante débil, pero atacar al Estado Islámico desde el aire puede darle un respiro para reorganizarse. Pero no podemos ganar con ataques aéreos por sí solos. Los bombardeos deben servir para apoyar a fuerzas terrestres creíbles. Si esto no se materializa en un plazo de tiempo determinado, sería necesario volver a evaluar la estrategia, como se hace en todas las guerras.

-¿Cómo debe combatir Occidente al Estado Islámico y el yihadismo en general?

-La lucha contra el yihadismo violento debe tener varios componentes. Uno de ellos es el militar, del que hemos hablado. Otro es el componente de la inteligencia, ya que necesitamos detener el flujo de combatientes extranjeros hacia Siria e Irak y, no menos importante, detener a los combatientes que regresan a Occidente para sembrar las semillas del terrorismo. Pero tenemos que asegurarnos de que estos elementos de seguridad no exacerben las tensiones o marginen a otros. Esto se consigue garantizando que nuestras prácticas se mantienen de lleno dentro de la ley y que los derechos humanos fundamentales están protegidos. También tenemos que protegernos contra el discurso del odio. Otro componente importante es la prevención, que necesitamos para ayudar a las comunidades a prevenir la radicalización mediante el fomento de la integración, el apoyo a la educación y haciendo frente a las causas fundamentales de la violencia extremista.

-¿Existe una solución política?

-Creo que el Estado Islámico tendrá que ser derrotado militarmente. Es una organización extremista violenta cuya ideología y ambiciones políticas son tan extremas que es difícil ver cómo se puede negociar con ellos. Dicho esto, la reforma política en Irak, que ya ha comenzado, es muy necesaria. Irak necesita un gobierno inclusivo de todos los iraquíes y un Estado que proteja los derechos de todos, suníes, chiíes y kurdos. Obviamente, solo una solución política terminará con el sufrimiento en Siria. Se está avanzando en esta vía en Viena, pero creo que estamos muy lejos de llegar a una solución. En última instancia, sin embargo, independientemente de cuánto tiempo dure la guerra y de cuántas personas mueran algún día habrá que sentarse a negociar y definir una futura Siria. Al igual que Irak, cualquier gobierno futuro debe ser inclusivo, democrático y garantizar los derechos básicos de todos.

-¿Cómo deberían actuar las grandes potencias para buscar una solución a la guerra de Siria?

-En primer lugar deben encontrar un terreno común. Solo cuando la comunidad internacional hable como una sola voz los grupos armados sobre el terreno le prestarán atención. Una de las cosas que han impulsado el conflicto ha sido la respuesta dividida de las grandes potencias. Es una triste realidad que cada uno de los principales grupos armados en Siria, incluyendo el Gobierno, tiene un partidario exterior que le proporciona armas y dinero. Es como echar gasolina al fuego. Esto tiene que parar. Tenemos que ponérselo más difícil a las partes que combaten. Eso debería significar en primer lugar la imposición de un embargo de armas y en segundo lugar la remisión de la situación a la Corte Penal Internacional para que los responsables de atrocidades terribles rindan cuentas. Estas dos medidas harían un poco más difícil que las partes cometan atrocidades, pero requiere una posición común de las grandes potencias que hasta ahora no tienen.

-¿La solución debe pasar necesariamente por la marcha del presidente Bashar al Assad?

-Assad tiene que desempeñar un papel en la finalización del conflicto. La guerra en Siria solo puede terminar si Assad juega un papel. Cuanto más tiempo se aferre al poder, menos probable es que la guerra termine sin su remoción. A más largo plazo, es difícil ver cómo Siria puede ser reconstruida sin un gobierno nuevo, legítimo e inclusivo. En última instancia, Assad y otros responsables de crímenes atroces deben responder legalmente de sus acciones, preferiblemente ante la Corte Penal Internacional.

-¿Qué papel debería jugar Rusia?

-Me gustaría que Rusia jugara el papel de una gran potencia responsable. Tiene la oportunidad de hacerlo con la nueva ronda de conversaciones de Viena. En última instancia, la paz en el Oriente Medio depende del papel que juegue Rusia.

-¿Qué opina de la reacción de François Hollande, declarando la guerra al Estado Islámico?

-Comprendo que Hollande declarara la guerra al Estado Islámico pero en algunos sentidos es irrelevante, porque el Estado Islámico ya había declarado la guerra a Francia. Es una lucha que no podemos evitar. También es una lucha que no hemos pedido. Hay que recordar, por ejemplo, que Francia se opuso vehementemente a la invasión estadounidense de Irak en el 2003. Los atentados de París no pueden de ninguna manera ser vistos como venganza de fechorías cometidas anteriormente en Irak. Aunque con razón nos preocupamos por la suspensión de algunas libertades para combatir el terrorismo, creo que a veces es necesario y creo que los pasos de Hollande han sido proporcionados dadas las amenazas a las que se enfrenta Francia.