Cascos, el único puñetazo en la cara

Pablo González
p. gonzález REDACCIÓN

ELECCIONES GALLEGAS 2009

24 may 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

PP y PSOE esperaban que el efecto Cascos se desinflara en Asturias y, finalmente, fueron ellos quienes se quedaron sin aire. El partido del ex ministro de Fomento, Foro Asturias, pasó el domingo al libro de los récords electorales al convertirse en la única fuerza política que gana las primeras elecciones a las que se presenta, formándose tan solo cuatro meses antes de la cita electoral y presentando candidaturas en la inmensa mayoría de los concejos asturianos. Aunque se llevó tras él a buena parte del aparato del Partido Popular, el hecho de ser el único candidato mayoritariamente conocido y su afán por imprimir un sesgo asturianista a su mensaje ha compuesto una receta de éxito que va a ser muy estudiada en las facultades de Sociología y Ciencias Políticas.

Cascos, de hecho, se ha convertido en el único puñetazo que ha recibido Rajoy en un ring donde casi nadie le ha hecho sombra. Asturias ha sido uno de los pocos territorios donde se vio obligado a tomar una decisión -en el resto la ola favorable le era propicia y apenas era necesario intervenir- y resulta que las urnas muestran descarnadamente su error. En Génova lo han comprendido y vuelven la mirada a Foro Asturias como el padre al hijo pródigo.

De cara a los pactos, quizás la clave estriba en la continuidad de Gabino de Lorenzo -líder del PP asturiano tras las bambalinas- en la alcaldía de Oviedo. El regidor se mostraba el domingo especialmente conciliador, en buena parte debido a que el partido de Cascos es la llave para renovar su mandato. El partido también está dispuesto a propiciar el cambio político.

El ex ministro de Fomento, mientras, asegura que sus agrupaciones locales serán soberanas a la hora de decidir, pero si quiere gobernar en Gijón deberá esperar a que un mensaje de Génova amanse a sus irreconciliables enemigos del PP gijonés. Así que todos deberán dar su brazo a torcer, aunque la convivencia institucional va a ser dura y probablemente las frágiles costuras revienten con el tiempo. Son muchos años de lucha sin tregua.

Francisco Álvarez Cascos será con toda probabilidad presidente del Principado de Asturias y, como su admirado Manuel Fraga, retorna a sus orígenes ganando las primeras elecciones a las que se presenta.

Tras la investidura tendrá que aplicar un programa de gobierno en el que ya no servirá el populismo que dio aliento a su campaña. O simplemente elaborarlo, porque quizás ni siquiera él mismo pensó que ganaría.