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Domingos Sampedro
domingos sampedro REDACCIÓN / LA VOZ

ELECCIONES GALLEGAS 2009

Claves para leer unos comicios marcados por el paro, el temblor de Lorca y los indignados

21 may 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

La carrera de las municipales del 22-M echó a andar rodeada de los niveles de desafección ciudadana más elevados de los últimos lustros y marcada por las altas tasas de paro, el terremoto de Lorca y, en la recta final, por las protestas del Movimiento 15-M. Son los principales elementos identitarios de esta campaña que se cerró anoche y que servirá para renovar los 315 concellos gallegos y chequear a los partidos políticos. Estas son algunas claves para interpretar los resultados en Galicia:

La fuerza que sale a la ofensiva puede hablar de éxito rotundo si se aproxima de nuevo a la barrera de los 700.000 votos, que rebasó en 1995 y 1999, y si amplía sus 170 alcaldías hasta el entorno de las 210 que retuvo en el 2003 tras el desastre del Prestige. Si además asientan su avance con el control de al menos tres de las cuatro diputaciones provinciales (ahora gobiernan en dos) y con dos o tres alcaldías de las siete grandes ciudades (en el mandato del 2003 al 2007 tenían Ourense, además Vigo y Ferrol de prestado), entonces la victoria sería incontestable.

Incrementar con claridad los 655.000 votos obtenidos por el PP de Feijoo en el 2007 y recuperar la cifra de los 2.000 concejales en Galicia (ahora tienen 1.791) supondría un resultado satisfactorio para el PP, pero siempre y cuando consiga añadir a la cesta el gobierno en alguna de las mayores ciudades gallegas, pues a este objetivo consagró toda su estrategia el partido. Tendría que mantenerse como el partido con más concejales en las ciudades e incorporar una quincena de alcaldías para asegurarse el control de la Fegamp.

Todo lo que no signifique mejorar de forma apreciable los registros del 2007 es para el PPdeG un resultado nefasto, pues estaba llamado a ser la fuerza que más podía pescar en la marejada desatada por la crisis. Y si para colmo no logra derribar los muros de ninguna de las ciudades, Feijoo se toparía con un problema para consolidar su liderazgo en la Xunta para afrontar las autonómicas del 2013 y posiblemente tendría que pensar en un cambio de Gobierno para recuperar la iniciativa.

El éxito para el PSdeG pasa por rebasar la barrera del 30% de los votos y aproximarse en unas municipales a la barrera del medio millón de sufragios, que superó con creces en las últimas convocatorias de autonómicas y generales. Para situarse en este umbral tendría que superar las 104 alcaldías obtenidas en el 2007 y sumar a las diputaciones de A Coruña y Lugo o bien la de Ourense o bien la de Pontevedra, pues el objetivo del secretario general, Pachi Vázquez, era hacerse con las cuatro.

Aceptable

Para que el resultado sea aceptable, los socialistas necesitan seguir siendo la fuerza que gobierna a la mayoría de la población gallega desde los concellos, pues este es un rasgo que acostumbran a repetir algunos de sus dirigentes como si fuera una marca. Esto obligaría al PSdeG a mantener la hegemonía en la mayoría de las ciudades, donde tiene 67 concejales, resistir en las dos diputaciones y en al menos un centenar de alcaldías.

Perder la referencia del 29% de los votos en Galicia del 2007 encendería las alarmas en el PSdeG y traería a la memoria el 25% que se lograba en la etapa de las batallas intestinas de los años noventa. La pérdida de alguna de las tres principales alcaldías del arco atlántico (A Coruña, Santiago y Vigo) y alguna de sus diputaciones debilitaría mucho al partido y podría poner en riesgo el ya frágil liderazgo de Pachi Vázquez.

Todo lo que sea rebasar el 20% de los votos y aumentar sus 29 alcaldías sería para el BNG un resultado excelente, que debería verse acompañado con un avance en el nivel del voto urbano, donde los nacionalistas lograron su mejor marca en 1999 al obtener 46 concejales en las siete ciudades, frente a los 34 que tienen ahora. Atar la alcaldía de Pontevedra y revalidar al alza los bipartitos de las otras cuatro ciudades y en las diputaciones sería también indispensable.

El BNG perdió 10.000 votos en las municipales del 2007 y en torno a 40.000 en las autonómicas del 2009. Así que todo lo que suponga detener la curva descendente para conservar su statu quo podría verse como un resultado aceptable, siempre que se vea acompañado con el mantenimiento de todo el poder institucional que comparten con los socialistas.

Perder la comba del 19% de los votos, que el BNG conservó en los dos últimas convocatorias locales, y bajar en número de alcaldías supondría un resultado malo. Si además se ve acompañado con la pérdida de la alcaldía de Pontevedra y su desalojo de las diputaciones, entonces se encendería las alarmas y podría poner al Bloque ante un difícil proceso congresual.

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partido popular Muy bueno

Aceptable

Malo

partido socialista Muy bueno

Malo

bloque nacionalista galego Muy bueno

Aceptable

Malo