El ex alcalde coruñés Francisco Vázquez, hasta hace poco embajador de España cerca de la Santa Sede, mantiene viva su condición de municipalista
13 may 2011 . Actualizado a las 06:00 h.Hoy vuelve a su actividad profesional en la Inspección de Trabajo, pero el ex alcalde coruñés Francisco Vázquez, hasta hace poco embajador de España cerca de la Santa Sede, mantiene viva su condición de municipalista. Lo dijo ayer en Lugo, ciudad a la que llegó para apoyar a su amigo Orozco. Tratándose de un veterano de la política gallega y de alguien que viene de jugar en el difícil campo del Vaticano, cada palabra encierra un mensaje. Y ayer dejó varios en el aire lucense. Uno, el de su municipalismo, «que no he olvidado, que no he dejado y que añoro muchísimo».
El ex alcalde sorteó con soltura vaticana una directísima pregunta sobre sus relaciones con Losada, su sucesor en el trono de María Pita. «Mis relaciones con el Partido Socialista son magníficas; yo apoyo a mi partido; deseo lo mejor a mi partido en Lugo, en La Coruña, en todas partes». Y -dijo- hace campaña «sabiendo que cualquier cosa que diga se tergiversará». Pero solo tiene actos programados en Lugo, Bergondo y Sada.
Vázquez vuelve a la Inspección de Trabajo en espera de su nombramiento como defensor del pueblo. Tiene, señaló, el apoyo de grandes personalidades. Pero le molesta estar seis meses en espera, «en el candelabro», que dijo aquella Miss España a la que él impuso la banda.