Las coaliciones poselectorales, última esperanza del PSOE

manuel campo vidal

ELECCIONES GALLEGAS 2009

08 may 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

A dos semanas de las urnas, las encuestas no pueden ofrecer peores expectativas al PSOE. Se pone en duda hasta Extremadura, feudo socialista tradicional. Algunos creen que los sondeos no están bien hechos -ya se verá-, pero los pocos salvavidas disponibles están en las coaliciones. Izquierda Unida ya calcula la factura que pasará por su auxilio: cambiar la ley electoral para que un diputado no le cueste, como hasta ahora, muchísimos votos más que al PSOE o el PP.

Gracias a las coaliciones, el PSOE podría tocar Gobierno en Extremadura, Asturias, Aragón, Cantabria, quién sabe si en Canarias y no se descarta que incluso en Navarra. Si así fuera, se disimularían mucho los desperfectos. En Castilla-La Mancha hay un bipartidismo a secas, así que, o Barreda o Cospedal. En Baleares la coalición parece inalcanzable porque el retroceso de Unión Mallorquina favorecería al PP dándole la mayoría absoluta. «Si hay posibilidad de alianzas, habrá que hacerlas hasta con el diablo», confiesa un miembro del comité electoral socialista. El catálogo es amplio: en Extremadura con IU y en Asturias, si Cascos no lo impide. En Canarias con Coalición Canaria, si se deja, pues solo pactaría con el PP si les quitan de en medio al popular José Manuel Soria. En Navarra con Nafarroa Bai, la revelación anunciada de estos comicios. Y en Aragón con el PAR, si no suman mayoría PP y PAR.

En las grandes ciudades puede pasar lo mismo. En Barcelona con Esquerra e Iniciativa, o sea, la vuelta al tripartito. En Palma, con Unió Mallorquina y otros; en Zaragoza con IU y la Chunta Aragonesista. En Galicia, con el Bloque. Y, en general, con cualquier grupo independiente, mínimamente digerible, que tenga un concejal salvavidas aunque sea amigo de Rosa Díez. Todo ello sin descartar que en el País Vasco veamos alianzas PP-PSOE frente a los nacionalistas. De hecho, en el País Vasco y en Galicia es donde el PSOE espera resistir mejor. Ya ven: lo apasionante no va a ser el día 22 de mayo, sino la noche.

Así las cosas, el PSOE aprieta en varios frentes: el primero, para movilizar desencantados y amortiguar el golpe; el segundo, para centrar la campaña en lo local y huir de la política nacional porque se trata de preservar las alcaldías que tiene; y para coquetear con posibles aliados.

Espiral del silencio

«Las encuestas tan favorables nos perjudican», dice la dirección del PP. Puede ser que el anuncio de una debacle socialista movilice a algunos, pero la simple impresión de que el PP pueda arrasar, moviliza a su favor la llamada «espiral del silencio», definida por Noelle-Neumann como «una corriente de opinión que refuerza a aquellos que se disponen a ganar, según la percepción popular». Eso explica, en parte, los vuelcos electorales. Eso es lo que teme el PSOE, mientras el PP recela de que la encuesta movilice a los «reservistas» del voto progresista.

Emocionalmente todos sufren: los que temen perder y los tienen miedo a no avanzar. Quien resista o gane en el PSOE será un héroe. Quien no avance en el PP con el viento a favor, bajará puntos en su casa. El 22-M moverá todo: el mapa político y el peso de los barones. Leer los resultados será apasionante.

crónica política manuel campo vidal