Quintana compara el BNG con un bonsái y pide el voto de no nacionalistas y progresistas

ELECCIONES GALLEGAS 2009

26 feb 2009 . Actualizado a las 02:46 h.

Tensión era lo que se respiraba ayer en el Multiusos de Sar de Santiago. El día en el que Anxo Quintana cumplía 50 años fue complicado para la formación nacionalista. Y no precisamente por las celebraciones. La jornada amanecía con la publicación de unas fotos del vicepresidente en el yate del empresario Jacinto Rey y continuaba con la difusión de la noticia de que el candidato nacionalista había sufrido un accidente. El incidente, tildado por el BNG de falso y cuyo origen estaba siendo investigado, fue interpretado como una treta para desmovilizar a los asistentes al encuentro de Quintana con jóvenes en Santiago.

Jóvenes en los que, antes de llegar al poder, tenía el BNG sus principales apoyos, aunque los tres años y medio de Gobierno han permitido a los nacionalistas extender su influencia a otros grupos de población.

Aunque lo habitual es verlo danzando con mayores, Quintana echó fuera la tensión bailando con Iria Aboi, de Galiza Nova, al ritmo del grupo Proxecto Trepia. El acto le sirvió para resaltar el apoyo prestado por su Gobierno a la capacidad creadora de los más jóvenes porque «un país funciona se ten creatividade» al tiempo que es una fuente de creación de empleo. Además de recordar la red de 30 locales de ensayo puesta en marcha bajo su Gobierno, prometió que en la próxima legislatura Galicia contará con un evento cultural multidisciplinar «de auténtica dimensión que sirva para poñer en marcha arredor del un mecanismo de promoción internacional que nos fai falla».

El mitin central de la jornada tuvo lugar en A Coruña, dentro del recorrido que está haciendo por las grandes ciudades en la recta final de la campaña. A Coruña es, además, la provincia que más diputados aportó al BNG en los pasados comicios (5 sobre un total de 13). Mientras fuera del recinto una veintena de vecinos de Muxía y Vimianzo se concentraban en protesta por la paralización del parque eólico que afecta a sus terrenos, Quintana centró el grueso de su discurso en atacar lo que calificó como «mentiras do PP». También tuvo tiempo para comparar el nacionalismo con un bonsái que empezó a crecer y a extender su influencia «sobre o resto da horta», y pidió el voto de los nacionalistas pero también de los no nacionalistas y progresistas para tener otros cuatro años que le permitan «dar solidez ao cambio transformador que puxemos en marcha».