El topo de la operación Caamaño

Loís Blanco, lois.blanco@lavoz.es

ELECCIONES GALLEGAS 2009

25 feb 2009 . Actualizado a las 09:09 h.

Entre Moncloa y Ferraz tejieron una operación para que la caída del ministro furtivo provocara el menor daño posible al PSOE, especialmente en Galicia, para lo que la condición de nativo de Francisco Caamaño fue un plus que sumar a su talante dialogante y a su prestigio profesional. Se planificó con precisión para poner la pelota de las dimisiones en el tejado de Rajoy. Se ejecutó el relevo y se distribuyeron las consignas. Zapatero, Blanco, los ministros y los candidatos del PSdeG lo hicieron de libro, pero se apareció Pedro Solbes, que ya parece un topo del PP. En una crisis de dimensiones desconocidas, el responsable económico de un Gobierno no puede decir ni de broma ni con ironía que envidia a Bermejo porque es un «ex ministro». Pues váyase usted a cazar sin licencia para que lo echen cuanto antes.

A Morales le gustan «los gallegos profundos»

Uno de los políticos al alza en la derecha es el diputado catalán Jorge Moragas, que dejó la ciudad para acompañar estos días a Rajoy por los pueblos de Ourense y Lugo. Moragas cuenta en su blog (un cuaderno de bitácora en Internet) sus andanzas por el mundo rural. Al diputado se le nota impresionado, pero con escasa pericia para contarlo sin ofender: «Está fuerte y con buen humor [en alusión a Rajoy] gracias al calor y apoyo que recibe de los gallegos profundos». ¿Qué son los «gallegos profundos»?, ¿qué rasgos los definen, señoría? ¿Tienen rabo?

El líder nacionalista lo intenta de nuevo

Quintana fue el que más perdió por no haber debate a tres ya que representa al partido minoritario y, en cambio, iba a recibir un trato VIP. El desvío a un mitin del BNG de cientos de mayores que habían pagado para ir a Portugal oscureció mediáticamente la confirmación de que al día siguiente no habría debate en TVG. Quintana ha vuelto a la ofensiva y pide debatir. No le hacen caso, pero es más acertado insistir que desviar a otra excursión.