Quintana sustituye el debate fallido por un interrogatorio urbano

ELECCIONES GALLEGAS 2009

21 feb 2009 . Actualizado a las 03:22 h.

Primero fue la versión publicitaria y galaica de Espartaco. Quin.tv tomó el relevo para amplificar cada uno de los pasos del candidato del BNG en esta campaña, y ayer Anxo Quintana dio un salto más en su carrera audiovisual. El aspirante nacionalista promovió, encauzó y protagonizó un programa de televisión donde un supuesto grupo de ciudadanos implacables le lanzaron sus inquietudes ante las cámaras. El portavoz nacional del Bloque aseguró querer que le dieran caña, que le hicieran las preguntas más escabrosas que se les ocurriera a los ciudadanos presentes en el plató improvisado en un hotel coruñés para emular al televisivo Tengo una pregunta para usted. Pero no hubo tal caña. El propio Quintana así lo admitió.

Medio centenar de voluntarios reclutados por el BNG a través de redes de amigos y familiares se prestaron a ser a su vez filtrados por un grupo de periodistas en un casting rápido. Había de todo. Un ramillete del mapa urbano. Parados, jubilados, amas de casa, profesores, un inmigrante senegalés, un discapacitado... Como si se hubiese planificado.

Pero sus preocupaciones no eran las de la prensa, por eso no hubo preguntas sobre el acto de Quintana con los ancianos «secuestrados», las oposiciones exprés a las galescolas, el concurso eólico, o los gastos suntuarios de la Xunta. Las universidades y el proceso de Bolonia, la rebaja del impuesto de sociedades, la regulación de los inmigrantes, el plan sectorial de vivienda o la contratación de discapacitados se fueron sucediendo en el amable interrogatorio hasta completar once intervenciones.

Quintana buscó el trato directo, pero sin moverse de la silla. Aludió a su profesión de enfermero para contestar a una colega; a la de hijo de viuda para dialogar con una preocupada por las pagas y a la de padre de gemelos para hablar del botellón. Aunque esa última condición fue expuesta por una actriz en paro afectada por el ruido nocturno y conocedora de la situación familiar de Quintana, que como todos los demás hablaba gallego, para que luego digan que en A Coruña solo se habla castellano.