Negueira de Muñiz, censo corto pero comprometido

Xavier Lombardero

ELECCIONES GENERALES 2008

09 mar 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Al final de una de las más tortuosas y lentas carreteras gallegas se encuentra una de las urnas más rápidas de toda España. Es Negueira de Muñiz, una comunidad de diseminados vecinos, a ambos lados de un embalse, presidida por un alcalde de elección directa. El censo ha caído hasta poco más de doscientos vecinos porque el suave invierno, no obstante, no ha perdonado a varios veteranos.

Unos 197 podrán ejercer su derecho al voto, aunque ninguno nuevo ha cumplido los 18 años desde los últimos comicios. Pero las papeletas de Negueira valdrán como las de cualquier otra mesa y su veredicto será de los más rápidos del país, incluso más veloz que el Internet rural, servicio del que Natalia Graña, de 16 años, explica: «Aquí Internet vai superlento, non che deixa abrir nada, a ver se poñen ADSL». No puede votar, pero parece de las más ilusionadas con los comicios. Su vecina Basilisa, de 85 años, le recomienda que estudie «porque isto xa sabes o que vale». Aún así, Basilisa acudirá con el voto, una vez más, al local del cíber donde se ha instalado el colegio electoral. «Hai que votar, para que polo menos riñan entre eles», dice con retranca.

En el último rincón de la montaña luguesa todo se va cuadrando entre todos. En el cíber del hogar de ancianos, algunos vecinos velan las dos urnas o limpian el local. Luis Rico, de 28 años, es por primera vez presidente de la mesa. No puede precisar si lo eligieron por sorteo o porque es persona idónea para el cargo ya que podría tener que orientar a los que aún se hagan un lío con lo del Congreso y el Senado. Lo mismo le da.

En Negueira no hubo grandes despliegues de campaña. No ha habido mítines. Solo cuelga una pancarta del PSOE y algún cartel del BNG. Asumen que no son plaza fuerte, como A Fonsagrada, el municipio situado a 23 kilómetros en dirección Lugo y del que se escindieron en 1929. Aquí la campaña es el «casa por casa» y algunos incluso consideran un aburrimiento televisivo los debates tan encorsetados que se han emitido para estas elecciones.

En Negueira, colegio electoral rápido, esperan hoy las cámaras de la teuvegá, cadena que por cierto no se ve en el pueblo, según confirma el alcalde José Manuel Braña, quien confía en arreglar el asunto con la llegada de la TDT.

Y para hoy sus desvelos son que las votaciones sean tranquilas y acuda todo el que quiera ejercer su derecho al voto. De hecho, Negueira es de los pocos municipios que facilita un transporte institucional para facilitarlo. Con un bando municipal, se pone a disposición de los vecinos un servicio gratuito de taxi para acercarlos hasta la mesa electoral. Con horarios flexibles y un número a disposición. Es la ventaja de ser pocos. Seira, Sarceda, Entralgo, Vilaseca, Robledo, Ouviaño, Tallobre, Gamalleira, son algunos puntos por los que pasará. «Se non lles pos transporte, moitos non veñen votar», dicen en la capitalidad municipal. Benjamín, de Seira, no lo necesita, se mueve en un potente todoterreno, pero el transporte sigue siendo una cuestión clave en Negueira de Muñiz. Los del otro lado del embalse ya no dependen de la lancha, ahora hay una carretera por Ibias, pero el aislamiento es notable. En Negueira todavía no hay oficina bancaria.

Y el desconocimiento también. Para el reportero únicamente tienen una petición seria: «Por favor, ponnos ben o nome, estamos fartos de que por aí nos confundan con Negreira ou Nogueira de Ramuín». Por si las moscas, el alcalde pide en el bar Sara una de las piruletas de promoción de la Reserva de la Biosfera, título al que se han incorporado recientemente y que está serigrafiada con el nombre.