«Hola, ¿es el BNG? Soy Zapatero, necesito la mayoría». «Xa, ¿e vostede sabe o que necesitamos aquí?». Es la sorpresa del fin semana, con la que, por megafonía, el BNG calienta a su auditorio para la llegada de Anxo Quintana. El ga g le pone en bandeja el mensaje que repite machaconamente: «A partir do día 9 volverá haber unha chamada e queremos responder con máis peso en Madrid. Sempre con sentido construtivo e dialogante. Porque sOlo cando o nacionalismo estivo representado se tiveron en conta as necesidades de Galiza».
Pero ayer en Tomiño hubo novedades. Al calor de las encuestas del fin de semana, Quintana se mojó : «O primeiro obxectivo xa se conseguiu: Rajoy non vai ser presidente do Goberno». «O PP xa tirou a toalla», remacha. Va un paso más allá y ya tiende una mano al que ve ganador: «Zapatero pode contar con nós, sólo cunha condición, que Galiza esté presente».
El líder del BNG se creció ayer en Tomiño, un concello con alcalde popular durante 24 años que tras las últimas municipales se incorpora al cinturón nacionalista que ha ido surgiendo alrededor de Vigo: Salceda de Caselas, o Porriño, Cangas... Tanto se creció que se atrevió a asegurar que «Galiza inflúe ahora como Euskadi ou Cataluña na política do Estado». Gracias al BNG, claro. Y aprovechó para recordar, por enésima vez en esta campaña, los logros de sus diputados en Madrid: el 8% en infraestructuras, la Confederación Hidrográfica del Miño, etcétera. «Somos o nacionalismo do pobo, dos pobres».
Por la tarde, en la lonja de Ribeira, el mismo guión, alterado sOlo por una avería eléctrica que dejó sin luz y sonido el recinto durante unos minutos.