El secretario general del PSdeG promete hacer del vino ?de la comarca una marca diferenciada y de calidad
27 feb 2008 . Actualizado a las 15:54 h.«¿E cal é a bandeira favorita do señor Touriño?», pregunta una simpatizante socialista de seis años ante la disyuntiva de ondear la bandera gallega o la socialista. La cantera del PSOE parece asegurada en Ribadavia, capital de O Ribeiro, y una de las puntas de lanza del socialismo en Ourense. El hasta ahora feudo intocable de Baltar vio cómo en las últimas municipales los del puño y la rosa se hicieron con más de una veintena de municipios en la provincia y, aunque muy lejos del medio centenar largo que cayeron del lado popular, empieza a vislumbrarse el fin de una época. Las encuestas dan al PSOE la posibilidad de conseguir un segundo escaño en Ourense, lo que los dejaría igualados en representación con los populares. De ahí que Touriño se dejase caer por allí por segunda vez en cuatro días.
Por la mañana lo hizo en calidad de presidente de la Xunta para presentar una conferencia de Elena Espinosa organizada por el Wall Street Journal. Por la tarde, tras haberse quitado la corbata de presidente, llegó a Ribadavia como secretario general del PSdeG-PSOE. Fueron continuas las alusiones al debate y a la «malleira que Zapatero lle deu a Rajoy». Tanto que incluso se atrevió a sacar del bolsillo un bonobús, «que Rajoy non sabe o que é».
En Ribadavia, Touriño repitió parte del guión que llevó a O Carballiño el sábado: autovía interior Lugo-Verín, plan de reequilibrio territorial... Pero sobre todo habló de dos cosas: vino e inmigración.
En esta comarca vinícola, prometió convertir el ribeiro en una marca diferenciada y de calidad «traballando cos viticultores. Porque sempre digo que aquí temos o mellor viño branco do mundo». También recordó la tarea hecha para «que os presidentes do consellos reguladores non sexan elixidos a dedo, senón de forma democrática», y defendió la implantación de los contratos de uva que garantizan a los agricultores el cobro por adelantado. Minutos antes, la candidata al Congreso Elena Espinosa anunciaba un plan para acabar con una plaga endémica en Galicia para las vides -la armillaria-, un observatorio español del vino y «cartos para que diversifiquedes». La conclusión: «Ribadavia quere un Oscar do viño e Rajoy, Acebes e Zaplana quedan coa armillaria ».
En cuanto a la inmigración, Touriño puso como ejemplo de integración de culturas la propia historia de Ribadavia. Y recordó, además, que los inmigrantes en Galicia «estannos axudando a superar a crise demográfica».