«España no resiste 8 años de Zapatero»

ELECCIONES GENERALES 2008

Rajoy advierte de que si gana el PSOE «volveremos al tiempo del paro y el despilfarro», mientras se prepara para un debate que los estrategas de Génova esperan «muy duro»

24 feb 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Se acabaron los minutos de tanteo. Mariano Rajoy entró ayer de lleno en el cuerpo a cuerpo con Zapatero. El líder del PP es consciente de que el resbalón de Pizarro ante Solbes ha pinchado una de sus principales apuestas para elevar pronto la moral de los suyos. Y eso lo ha obligado a ponerle a la campaña, antes de lo previsto, un poco de esa «tensión» que tanto reprocha al presidente del Gobierno. En Málaga, en el primer mitin de fin de semana, descorbatado y más relajado que estos últimos días, Rajoy entró directamente a matar. «Cuatro años de frivolidad los puede aguantar un país porque hay inercias, pero ocho años de Zapatero yo os aseguro que España no lo resiste», colocó casi de salida. Por ello, razonó, la victoria del PP no solo es «necesaria», sino también «urgente».

Según el análisis de Rajoy, el país no aguantaría un segundo mandato socialista porque «la gente está harta». Pero también porque si eso sucediera «volveremos al tiempo del paro y del despilfarro». Un intento de retomar el eslogan con el que el PP definía la era de Felipe González: «Paro, despilfarro y corrupción». El último elemento de esa trinidad se cayó del cartel, no se sabe si por olvido o por guardar esa baza para más adelante.

Aparcando el mitin casi del club de la comedia que ponía en escena hasta ahora, Rajoy entró en algunos temas que han marcado la legislatura. Modelo de Estado: «Zapatero ha organizado un berenjenal, un estatuto [el catalán] que tiene ocho recursos pendientes en el Constitucional». Proceso de paz: «Una negociación política con una banda terrorista que ha sido inmoral, ilegal y una gran pérdida de tiempo». Y resumió: «Los dos grandes proyectos de Zapatero han sido dos grandes fracasos». «Ha llegado la hora del cambio», afirmó Rajoy en otro revival , aunque en esta ocasión recuperando el lema del «cambio» acuñado por el PSOE en 1982 para desguazar el pecio herrumbroso de UCD.

Ni nombrar a Pizarro

La puesta al día del guión mitinero no impidió tratar el verdadero eje de esta campaña: la situación económica. Pizarro todavía lame los zarpazos de un veterano pero todavía fiero Solbes. Y ayer Rajoy ni siquiera lo nombró. Tampoco le hizo falta. «Sube el pan, sube la leche y también el café, y algunos no se enteran», dijo en referencia al cortado de 80 céntimos que degusta Zapatero. «Llevamos siete meses en los que el paro está subiendo», explicó, para concluir que los socialistas «nos vuelven a dejar las cosas como en 1996», cuando el Gobierno del PP tuvo que pedir un crédito para pagar las pensiones. «Esa fue la herencia que nos dejó Solbes», dijo clavando con gusto una pulla a quien frenó en seco a su impetuoso fichaje estrella.

Frente al conservadurismo compasivo de «cabeza y corazón» que él pregona, Rajoy dibujó un Zapatero despiadado. «Ha olvidado que detrás de cada persona que pierde un empleo hay un ser humano». «Ha sido insensible con los problemas de la gente». Y más: «Lo del cachondeo está bien, pero cachondearse de la gente...», concluyó en relación a los 400 euros que el Gobierno ha prometido devolver a cada contribuyente.

Ya me iba del abarrotado pabellón Ciudad Jardín de Málaga cuando una señora muy enfadada se acercó y me gritó: «Diga que Rajoy había prometido hablar del Fórum y de Afinsa y no ha hablado nada». Pues eso.

El triunfo de Pedro Solbes ante Manuel Pizarro ha encendido las alarmas en el PP, que resta dramatismo al cara a cara Rajoy-Zapatero. Ayer, un atribulado Gabriel Elorriaga explicaba a los periodistas que temen que el presidente plantee un debate «muy duro» y descalificatorio de Rajoy, frente a la idea de este de hablar «de lo que importa». Elorriaga se mostraba contrito porque a Pizarro le tocó «el mejor Solbes de la historia».

Otro fontanero monclovita del PP, José María Michavila, llegó a decir que Zapatero es peligroso porque es «telegénico» y «buen estratega». Esto último le pareció excesivo a Gabriel Elorriaga, que afirmó: «Si fuera buen estratega habría disuelto las Cortes en octubre y habría arrasado».