Tras doce meses en pandemia, el origen del virus se desconoce

A finales del 2019, una serie de correos inquietantes sorprendió a varios directivos de la OMS. Relataban varios casos de una neumonía de origen desconocido para la que no existía explicación. Una de las primeras personas en recibirlos fue la viróloga María von Kerkhove, quien desde el primer momento advirtió que se enfrentaban a algo inusual. «Supimos al instante -reconoció- que era algo que había que tomar en serio y activamos nuestros sistemas de inmediato». Poco después, el 31 de diciembre, la Comisión de Salud de Wuhan notificó un grupo de 27 casos de neumonía de etiología desconocida, que incluía a siete pacientes graves. Más tarde se supo que el primer caso documentado fue el 1 de diciembre en un hombre de 70 años. Pero, por aquel entonces, la humanidad ni se imaginaba lo que le iba a venir encima.

Ni siquiera cuando la OMS envió una primera misión sobre el terreno en enero del 2020. Su responsable, Bruce Aylword, no pudo ser más gráfico en sus primeras impresiones: «Cuando aterrizaba en China entendía que te enfrentabas a algo muy serio que el resto del mundo no estaba comprendiendo». Y tardó en hacerlo, al igual que la propia OMS que, de forma oficial, pecó de cautela. Declaró la emergencia de salud pública de importancia internacional el 30 de enero, pero no decretó la pandemia hasta el 11 de marzo. Cuatro días después, España quedó confinada y el mundo ya no volvería a ser el mismo. Pero más de un año después aún se desconoce dónde se originó exactamente el virus y cómo saltó a los humanos. Quedan incógnitas importantes por resolver.

¿Dónde surgió el primer foco del coronavirus?

Las primeras sospechas apuntaban claramente al mercado de pescado y animales vivos de la ciudad china de Wuhan. El 70 % de los 41 primeros contagiados eran trabajadores y clientes fijos del centro. Sin embargo, más tarde se supo que el primer infectado en la pandemia no guardaba ninguna relación y también aparecieron otros contagios primigenios que no estaban relacionados. Ahora mismo no hay certeza de que el mercado fuera el lugar de origen del foco, se desconoce en qué zona de China se inició todo y tampoco existen pistas concluyentes que indiquen una dirección.

¿Cuál fue el origen del SARS-CoV-2?

Sobre este aspecto concreto no hay dudas. Es de origen zoonótico. Es decir, se transmite a humanos desde los animales. El origen es un murciélago de herradura que presenta una similitud genética del 96 % con el SARS-CoV-2. Pero el virus en esta especie carece de una proteína pico con la que enlazar con el receptor humano ACE2 para poder entrar en las células. Es decir, que primero tuvo que infectar a otra especie animal para que esta, a su vez, la transmitiese a los humanos. Pero, a día de hoy, también se desconoce cuál es esta especie intermedia. En un principio se había pensado que había sido el pangolín, pero luego se descartó.

¿Pudo haber surgido antes de diciembre?

Un rastreo genético de las secuencias del virus indicó que circulaba en China a mediados de noviembre. Pero, al margen de este dato científico y contrastado, el resto son especulaciones. Algunas con base científica, pero aún no suficientemente confirmadas, como un estudio italiano de anticuerpos del SARS-CoV-2 en muestras de sangre que retrotraen la circulación del patógeno en el país a septiembre del 2019. En España, un trabajo de la Universidad de Barcelona detectó restos del virus en muestras de aguas residuales recogidas en marzo del 2019.

¿Fue en China donde empezó todo?

El Gobierno chino insiste en su teoría de que pudo llegar al país procedente de otros países a través de productos congelados, pero las pruebas de la OMS mantienen hasta el momento a China como el lugar de origen. Y ello a pesar de que un estudio del Instituto de Ciencias Biológicas de Shanghái, a partir del análisis de cepas de 17 países, encontró que algunas correspondientes al subcontinente indio tenían menos mutaciones que la primera recogida en Wuhan, lo que apunta a que se inició antes en otros países. En Europa se localizaron en Italia, Grecia y Rusia. El trabajo no está confirmado.

¿Fue creado en laboratorio?

La OMS dice que aún quedan muchas «hipótesis abiertas», pero esta no es una de ellas, como demuestran los estudios científicos. Es un virus de origen natural.