Los servicios de urgencias y emergencias en el año uno del covid

Ya ha pasado un año desde el inicio de este incidente de múltiples víctimas prolongado en el tiempo, que es la pandemia por el SARS-CoV-2. Será un año que marcará a toda una generación y se quedará para la historia. Para los Servicios de Urgencias y Emergencias (SUE) fue el momento de poner en funcionamiento las estrategias diseñadas para la atención a las catástrofes, una de las múltiples áreas en las que somos expertos.

En los Servicios de Urgencias Hospitalarios (SUH) se definieron desde el primer momento dos circuitos diferenciados, un circuito respiratorio o sospechoso de covid y un circuito de patología general. Que en la práctica significó organizativamente montar dos servicios de urgencias plenamente operativos en todo momento. Cumpliendo la máxima de los urgenciólogos: prestamos atención a todo el mundo, a cualquier patología, y en cualquier momento, 24/7/365. Siempre se ha garantizado la atención a la población.

Los Servicios de Urgencias y Emergencias somos el verdadero colchón del sistema, cuando este se tensiona. Somos, y lo hemos demostrado, los garantes de la accesibilidad al sistema. Todo ello gracias a los profesionales y al trabajo en equipo de todos los servicios. Los Servicios de Emergencias han desempeñado un papel esencial, tanto el Centro de Coordinación gestionando la atención extrahospitalaria de los pacientes y los recursos necesarios, como las unidades de Soporte Vital Básico y las unidades de Soporte Vital Avanzado.

Esta pandemia también nos ha demostrado que la inversión en sanidad debe estar en el 7,5 % del PIB. El descenso progresivo de la inversión en los últimos años, fuese el gobierno del color que fuese, ha llevado al sistema a resentirse de manera dramática. Significativa ha sido también la participación de miembros de los Servicios de Urgencias y Emergencias en el Comité Clínico que asesora al Gobierno de Galicia.

Por último, los Servicios de Urgencias y Emergencias hemos estado y estaremos en primera línea, pero nuestro trabajo y nuestro compromiso no se ha visto compensado con la aprobación de la Especialidad de Medicina de Urgencias y Emergencias que el exministro Salvador Illa se había comprometido públicamente a aprobar en el último trimestre de 2020. Esta situación es un auténtico anacronismo con respecto al resto de países europeos.