Ola de oposiciones con meses de retardo

La crisis sanitaria obligó a aplazar convocatorias, pero la Xunta mantiene una previsión de 8.500 vacantes a lo largo de la década

Exámenes de funcionarios de la Xunta en el recinto Feira Verde de Silleda en octubre del año pasado, con los aspirantes distanciados y con mascarillas
Exámenes de funcionarios de la Xunta en el recinto Feira Verde de Silleda en octubre del año pasado, con los aspirantes distanciados y con mascarillas

santiago / la voz

El 2020 fue el año de las curvas y las olas. También estaba llamado a ser el primero de una larga etapa con picos de convocatorias de empleo público, que quedó aplanada por la pandemia. Ahora se retoma el impulso, con esfuerzos redoblados para recuperar las oposiciones perdidas en los últimos meses.

Los planes de las Administraciones no han cambiado. No les queda otra, porque las necesidades de la pandemia en el ámbito educativo y sanitario han desviado el objetivo de consolidar empleo, y están por determinar los efectos de la crisis sanitaria en los planes de vida de los funcionarios que acarician la edad de jubilación. La Xunta mantiene una previsión de 8.500 vacantes a lo largo de la década en todos los ámbitos de competencia autonómica, y la cifra se dispara si el aspirante no pone límites territoriales a su objetivo de dar con un empleo público, porque a nivel estatal serán 900.000 las jubilaciones que habrá que cubrir hasta el 2030. Sin contar las entidades locales y las universidades, la década dorada del empleo público pondrá a disposición de los gallegos este año unas 41.000 plazas, de las que cerca de 13.000 garantizan un puesto laboral en Galicia. Muchas de ellas están orientadas a áreas especializadas como la educación o la sanidad, con requisitos de formación y titulación previa, pero también habrá 3.000 plazas de libre acceso en la Administración Xeral. Para ser funcionario estatal, las mayores posibilidades se dan, de momento, en Correos y en las fuerzas de seguridad.

La desescalada de la tercera ola ha coincidido con un goteo de anuncios autonómicos -oposiciones de tamaño medio para policías locales, servicios sociales y especialidades sanitarias- que continuarán celebrándose en las próximas semanas hasta llegar en junio a la mayor convocatoria realizada en la historia de la Xunta, con 27.000 aspirantes a docentes, que son los que más sufrieron la pasada primavera por las dudas sobre la suspensión, que fue inevitable. Lo que no dejarán son las clásicas imágenes de una feria de Silleda desbordada. Se multiplicarán las sedes, las medidas de seguridad y los tribunales, que en el caso concreto de educación pasarán de 163 -en el 2019- a 359.

A la década prodigiosa del empleo público solo le faltará una guinda: que el Estado acceda a eliminar las tasas de reposición, lo que permitiría consolidar otras 3.500 plazas, sobre todo de sanitarios.

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