«Me puse de parto con covid, ni toqué al bebé y dio positivo tras nacer»

Tamara Prado dio a luz enferma y su hijo, Aarón, nació con coronavirus: «Pensé que me moría». Los dos lo superaron

Tamara, con sus tres hijos en su casa en Elviña (A Coruña)
Tamara, con sus tres hijos en su casa en Elviña (A Coruña)

redacción / la voz

Con 30 años, la coruñesa Tamara Prado vivió en enero su tercer parto. Creía que lo tendría fácil después de haber traído al mundo a Adolfo, que tiene 3 añitos, y al terremoto Antonio, que acaba de echar a andar. No fue así. El covid se invitó solo al nacimiento y eso lo cambió todo. Las cosas se torcieron después de Reyes. «Una persona que trabaja con mi marido se contagió y mi esposo y yo empezamos a tener síntomas. Perdimos el olfato y el gusto y a mí me subió la fiebre. Ese ya fue un buen susto, porque yo estaba embarazada y además ya tenía contracciones desde hacía tiempo», cuenta. Sus dos hijos mayores dieron negativo. Los enviaron con los abuelos para poder aislarse. Fue un error: «Los críos acabaron dando positivo y los abuelos también, al igual que mis cuñados. Los pequeños fueron asintomáticos, pero los mayores estuvieron hospitalizados».

Con la familia enferma y Tamara aún con fiebre, el bebé en camino no aguantó más en la barriga. «Me pusieron inyecciones para que madurasen sus pulmones, porque iba a ser prematuro», indica. Aarón nació el 12 de enero, tras 35 semanas y cinco días de embarazo, en el hospital Quironsalud, de A Coruña: «Rompí aguas con 39 de fiebre, me puse de parto, ni toqué al bebé, y dio positivo tras nacer. El parto se complicó y me hicieron una cesárea. Lo sacaron y lo vi, pero ya se lo llevaron. Cuando horas después me dijeron que el niño había dado positivo, pensé que me moría. Solo pensaba que cómo un bebé prematuro iba a superar un virus así». Pero Aarón salió adelante. «Lo metieron aislado en una incubadora y no lo conocimos hasta quince días después. Yo lo había visto, pero el padre solo lo conocía por las fotos que le hacían en el hospital. Nos lo llevamos a casa dando positivo y tardó más de un mes en dar negativo».

Tamara cuenta con emoción cómo el niño quiso la teta nada más conocerla y no acaba de creerse que lo vivido no fuese una película. Como en el cine, la historia tuvo final feliz. Y Aarón es ahora un bebé sano que crece en su hogar de Elviña. 

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