
Illa niega que informara tarde y mal: «Mi Gobierno estuvo siempre al pie del cañón»
30 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Las infraestructuras de transporte, en especial los cercanías, fueron las más afectadas por el gran apagón en Cataluña. Miles de usuarios del servicio ferroviario que une Barcelona con las principales ciudades de su entorno quedaron atrapados en trenes y estaciones. El Ayuntamiento habilitó varios polideportivos para dar cobijo a quienes no pudieron volver a casa. La alta velocidad entre Barcelona y Madrid fue suspendida y muchos viajeros tuvieron que ser evacuados. Uno de ellos, el cantautor Joan Manuel Serrat, trasladado desde la estación de Yebes, en Guadalajara, hasta la capital, donde le ofrecieron, igual que al resto de los pasajeros, quedarse a pasar la noche.
También el metro de Barcelona colapsó en cuestión de segundos, lo que provocó que los autobuses circularan atestados de pasajeros. Los servicios de emergencias se emplearon a fondo para evitar el desastre. Los bomberos rescataron a unas 700 personas colgadas en ascensores, mientras los grandes hospitales pudieron mantener su actividad básica gracias a los grupos electrógenos accionados mediante gasoil. Por la noche, sin apenas luz en las calles, Mossos d’Esquadra, Policía Nacional y Guardia Urbana redoblaron su presencia uniformada y en coches patrulla para evitar los actos de pillaje.
La oposición, incluidos sus socios de investidura, acusó a la Generalitat socialista de no estar a la altura, de informar a la ciudadanía tarde y mal. Salvador Illa no compareció ante los medios de comunicación hasta las 8.30 de la tarde, ocho horas después del apagón. Sí lo hizo, hasta en tres ocasiones, la consejera de Interior, Núria Parlón. «El presidente de la Generalitat estuvo escondido y cuando salió la información no sirvió para nada y avanzó una normalidad que no se podía dar por hecha», criticó el portavoz de Junts, Josep Rius, una «ausencia» que el político nacionalista contrapuso a la gestión de sus predecesores en otras crisis: Puigdemont con los atentados islamistas de la Rambla; Quim Torra con la pandemia o Pere Aragonès con la sequía.
Críticas de los rivales
El mismo lunes, Puigdemont lamentó que Illa no apareciera en las primeras horas para «transmitir serenidad en momentos demasiados propicios para la especulación». Incluso los socios de investidura de Esquerra Republicana lamentaron la «falta de información, o la información tardía, que dificultó la ejecución de respuestas rápidas».
En su comparecencia de ayer en el Palacio de la Generalitat, Illa negó la mayor. «El Gobierno ha estado al pie del cañón; hemos salido siete veces, cuatro el lunes y tres hoy», se defendió, ante la insistencia de la prensa, si bien reconoció que de lo sucedido «siempre se pueden sacar lecciones». El mandatario catalán anunció dos expedientes informativos, «uno a Red Eléctrica y otro a Endesa para saber exactamente qué ha pasado, en colaboración con el Gobierno de España».
El primer secretario del PSC fue más abrupto cuando se le preguntó sobre unas declaraciones del presidente de Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre, para quien lo sucedido pone fin al debate sobre las nucleares y la vida de las centrales españolas. Illa no dudó en calificar estas palabras de «apresuradas y poco rigurosas».
«El presidente de la Generalitat estuvo escondido y cuando salió la información no sirvió para nada. Y avanzó una normalidad que no se podía dar por hecha»