La prioridad del catalán, último gesto del PSOE para dar por amortizado el respaldo del BNG

Xosé Vázquez Gago
Xosé Gago SANTIAGO

ESPAÑA

Néstor Rego, diputado del BNG, saluda Sánchez
Néstor Rego, diputado del BNG, saluda Sánchez Juan Carlos Hidalgo | EFE

La intervención de Besteiro en gallego buscó quitar a los nacionalistas la bandera de la defensa del idioma

21 sep 2023 . Actualizado a las 13:19 h.

El anuncio este martes del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, de que el Gobierno dará prioridad al catalán sobre el gallego y el vasco para que sea lengua de uso en la Unión Europea es el enésimo gesto del PSOE que indica que da por descontado el apoyo del BNG a la investidura de Pedro Sánchez.

Albares forma parte del ala socialista del Gobierno de coalición en funciones, y hace estas declaraciones cuando, según el Bloque, ya se han iniciado las conversaciones con el PSOE. Por el momento nada ha trascendido de ellas, y la portavoz nacional del BNG, Ana Pontón, ha insistido en que deben ser discretas, porque lo importante es el resultado que tengan, no su desarrollo.

Las palabras del ministro evidencian que la prioridad de los socialistas es asegurar el voto de los grupos catalanes, aun a costa del enfado del Bloque, que junto a otros partidos nacionalistas propuso el uso de las lenguas cooficiales en junio del 2022. Ese enfado lo verbalizó su eurodiputada, Ana Miranda, que criticó la decisión unilateral del Gobierno y afirmó: «Non hai linguas de primeira e de segunda, senón que son todas de primeira»; y por la de su viceportavoz en O Hórreo, Luis Bará, quien avisó de que no admitirán ningún «trato discriminatorio» con el gallego.

Las declaraciones de Albares no han sido el único gesto. El domingo, en el mitin que dio en Sigüeiro (Oroso), Pedro Sánchez dio por seguro que será presidente y gobernará cuatro años. No mencionó al BNG ni la «axenda galega» que impulsa ese partido.

La posición del Bloque en las negociaciones obedece en primer lugar a una cuestión matemática, señalan fuentes socialistas, que consideran que peso de los nacionalistas está «muy diluido». El voto de su único diputado, Néstor Rego, no es imprescindible para la investidura, mientras que el de los nacionalistas catalanes (ERC y Junts) y vascos (EH Bildu y PNV) sí lo es.

A ese factor se suma el autolimitado margen de maniobra del BNG —Pontón ha insistido en que no permitirá de ninguna forma un gobierno del PP— y que Rego, según las mismas fuentes, no tiene una interlocución fluida con la jefatura socialista, donde se recuerda que el Bloque no apoyó los presupuestos generales ni aun cuando llevaban la rebaja de peajes en la AP-9, que fue una de sus reclamaciones.

El BNG prevé que una legislatura larga aumente su influencia, ya que tanto vascos como catalanes competirán en sus respectivas elecciones autonómicas y eso podría crear nuevos equilibrios.

Pero en el mitin del domingo, el mensaje de Sánchez de que habrá cambio en Galicia se interpretó como un llamamiento a que lo lidere el PSdeG, no a actuar como muleta del Bloque. 

El discurso de Besteiro

Esa interpretación se hizo más creíble aún con la decisión, atribuida al propio Sánchez, de elegir al diputado lucense José Ramón Gómez Besteiro para defender el uso de las lenguas cooficiales en el Congreso. El presidente podría haber elegido a un diputado del PSC, pero prefirió al probable candidato a la presidencia de la Xunta.

La decisión permitió al PSdeG entrar en uno de los bastiones políticos del Bloque, el de la defensa de la lengua. Que Besteiro arrebatase a Rego ser el primero en usar la lengua de Castelao ese día fue un indicador de que los socialistas darán la batalla en Galicia y de que no ven preciso hacer concesiones simbólicas al BNG para la investidura.