La Fiscalía avala la infiltración de los policías que mantuvieron relaciones con sus espiadas
ESPAÑA

El Ministerio Público dice que una «infiltración» es una «técnica de investigación» que no coarta el consentimiento
14 sep 2023 . Actualizado a las 23:07 h.Las denuncias por agresión sexual de cinco mujeres contra Dani, el policía nacional infiltrado en los movimientos okupa y antisistema de Barcelona y que llegó a acostarse con ocho de las activistas a las que espiaba, se encaminan directamente al archivo.
La Fiscalía, en su informe, afirma que no ve delito alguno en sus acciones, ya que entiende que el funcionario con esas relaciones solo dio cobertura a una «técnica de investigación» y, sobre todo porque no consta que el policía «limitara la capacidad» de las mujeres para «consentir» aquellas relaciones.
Este informe de la Fiscalía, que es el primer documento oficial del Ministerio Público sobre este tipo de infiltraciones policiales que incluyen relaciones sentimentales, va más allá del caso concreto de Dani. Y es que además de este funcionario, en los últimos quince meses, diferentes colectivos han destapado a otros cinco policías nacionales (cuatro hombres y una mujer) infiltrados en ambientes de ultra izquierda de Barcelona, Gerona, Madrid y Valencia.
«Sin violencia ni intimidación»
No obstante, ninguno de estos otros policías llegó al extremo de Dani, quien además de acostarse con al menos ocho mujeres, se convirtió en pareja estable de dos de ellas durante su infiltración. Cinco de estas mujeres denunciaron a Dani y a su superior jerárquico en los servicios de Información de la Policía sendos delitos contra la libertad sexual, contra la integridad moral o torturas. El Ministerio Público, que remite a las denunciantes a presentar sus reclamaciones por la vía contencioso-administrativa y abandonar la vía penal, insiste en que la infiltración «constituye una técnica de investigación policial dirigida a la prevención y castigo del delito», algo típico en la seguridad nacional.
La Fiscalía remarca que las relaciones con el topo «no eran asimétricas», ya que las querellantes las «aceptaron libremente, sin violencia e intimidación» y mantuvieron el consentimiento durante su práctica. «No solo es que no pudiera abusar de su condición de policía, es que precisamente se dice, de forma positiva, que actuaba como un modelo de nueva masculinidad», apostilla.