Sánchez busca el protagonismo de España en la guerra bajo la crítica de sus socios

PAULA DE LAS HERAS MADRID / COLPISA

ESPAÑA

El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, y el de Ucrania, Volodimir Zelenski, se saludan a su llegada al Palacio Mariinski, en Kiev el pasado jueves.
El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, y el de Ucrania, Volodimir Zelenski, se saludan a su llegada al Palacio Mariinski, en Kiev el pasado jueves. David Melero | Europa Press

El presidente del Gobierno encuentra en el apoyo a Ucrania una de las pocas materias que concitan amplio acuerdo en la sociedad

25 feb 2023 . Actualizado a las 21:47 h.

Pedro Sánchez no quiere un papel secundario ante el enorme reto que afrontan tanto la Unión Europea como el mundo en su conjunto con la guerra en Ucrania. España está lejos de ser una potencia militar y ocupa un modesto decimocuarto puesto entre las mayores economías del mundo. Pero al jefe del Ejecutivo le gusta la política internacional, ha logrado labrarse en el exterior una imagen que, como admiten en su partido, no tiene en «casa» y está decidido a sacar todo el lustre posible a la presidencia española de la UE, en el segundo semestre del año, como ya hizo en marzo pasado con la cumbre de la OTAN celebrada en Madrid.

El presidente del Gobierno tiene muy claro, y así lo reconoció este viernes públicamente, que el de la guerra es uno de los escasos asuntos que concitan un amplio consenso en la sociedad española. Y en su entorno conceden que, más allá de la convicción «moral» y del deseo de situarse en el «lado correcto de la Historia», su decisión de obviar los recelos antibelicistas de sus socios de Unidas Podemos, ERC o Bildu será un indudable activo electoral en un año de municipales, autonómicas y generales.

El PP le echa en cara que no haya abordado el asunto como una «política de Estado», que no haya mantenido un hilo directo con su líder sobre este asunto y que haya ignorado al Parlamento a la hora de aprobar envíos de armamento o ampliaciones de efectivos en misiones internacionales como la desplegada en Estonia.

Legalmente, no estaba obligado a hacerlo y, como ha vuelto a comprobarse este semana, en el primer aniversario de la invasión, hacer partícipe a la Cámara baja de sus planes habría servido para visibilizar una discrepancia y un ruido en la coalición de la que, en este momento, el Gobierno desea huir.

La visita de este jueves a Kiev, en una fecha tan emblemática e invitado por el propio Volodímir Zelenski y por la Rada, el Parlamento ucraniano, ha servido en cierto modo de bálsamo frente a la polémica por la reforma de la ley del «solo sí es sí», que ha consumido las energías y el ánimo de los socialistas en las últimas semanas sin que se vislumbre la más mínima opción de entendimiento con Podemos.

La decisión del presidente del Gobierno de involucrar a España como actor de nivel en la respuesta europea a Putin también parecieron amenazar seriamente la coalición hace algo menos de un año, especialmente, cuando Sánchez asumió el compromiso de elevar el gasto en Defensa al 2 % del PIB de aquí al 2029.

Los socialistas, que siempre han dejado claro que la política exterior y de defensa eran su parcela exclusiva, acabaron imponiendo su criterio y nada se rompió. El jefe del Ejecutivo ya ha dejado claro que seguirá nutriendo de capacidades militares a Ucrania para que pueda defenderse de un ejército «muy superior». Pero también se ha comprometido a, desde la presidencia europea, redoblar esfuerzos en sus contactos internacionales para recabar más apoyos a la causa ucraniana.

La ministra Belarra compara las guerras con el machismo

La ministra Ione Belarra comparó hoy las guerras con el machismo, en su opinión, unidas por la misma lógica de «dominación del hombre», al tiempo que defendió los postulados feministas para alcanzar la paz mediante «la palabra». «Cuando escuchamos hablar de que tenemos que hacer más esfuerzos para contribuir a esta guerra, las feministas defendemos que España no necesita ni más tanques, ni más aviones, ni más soldados, sino invertir en más médicos, profesores y más ayuda a domicilio», manifestó.

El Gobierno español aumenta a 3.600 millones el gasto militar ante el desafío de la invasión rusa 

MATEO BALÍN

Desde el comienzo de la guerra en Ucrania hace un año, el Ministerio de Defensa ha justificado la falta de información sobre el gasto militar y el material de apoyo enviado a Kiev por razones de «seguridad y discreción». A diferencia de otros países aliados contra la invasión rusa, la ministra Margarita Robles se ha escudado en la «prudencia» y en la retórica de la necesidad bélica —«No debemos dar ningún tipo de información que pueda servir a Putin», viene reiterando— para explicar la postura de su departamento, que ha restringido la política comunicativa sobre la contienda tanto en los conductos oficiales como en el Portal de Transparencia. La opacidad informativa alcanza también al gasto que ha supuesto la guerra en los presupuestos del 2022 del ministerio.

Ante la ausencia de respuesta por parte de Defensa, la única vía disponible para conocer este dato aproximado se encuentra en los cuadros mensuales del Ministerio de Hacienda, relativos a la modificación y ejecución de las cuentas del Estado el pasado curso.

En el período disponible, entre febrero (el mes en que comenzó la guerra) y noviembre pasado, la ampliación del gasto en el capítulo de Defensa alcanzó los 3.600 millones de euros frente a los 1.440 millones del 2021. Esto significa que, frente a los créditos iniciales contemplados en los Presupuestos Generales para el 2022 por valor de 10.155 millones, los recursos con que ha contado el ministerio a lo largo de este ejercicio alcanzan ya los 13.781 (a la espera de conocer el dato de diciembre). Una cifra que supone un importante aumento del 35 % respecto a lo presupuesto inicialmente.

Diferencias con otros ministerios

En comparación con otras partidas y a fin de calibrar lo que está implicando la amenaza de Putin, los 3.600 millones de gasto extraordinario suponen situarse entre el presupuesto total aprobado para los ministerios de Ciencia (3.900 millones) y Hacienda (3.300) en el 2022, un tercio más que la cartera de Justicia (2.300) y más del doble del dinero a Cultura y Deportes (1.500).

En el incremento del presupuesto de Defensa este ejercicio tuvo un papel esencial la ampliación de 1.000 millones para atender los gastos generados por la guerra aprobada en un Consejo de Ministros de julio en medio de una gran polémica, ya que el socio morado del Gobierno manifestó que lo desconocía y se oponía a tal operación. Sin embargo, Podemos acabó asumiendo la partida por su posición minoritaria dentro del Ejecutivo y por el hecho de que esta materia es asunto reservado al presidente.