La ley del «solo sí es sí», la norma estrella de Igualdad que se convirtió en un calvario para el Ejecutivo

Miguel Ángel Alfonso MADRID / COLPISA

ESPAÑA

La ministra de Igualdad, Irene Montero, en una imagen de archivo
La ministra de Igualdad, Irene Montero, en una imagen de archivo Alberto Ortega | EUROPA PRESS

La Audiencia de Navarra rechaza rebajar la pena a un miembro de La Manada «por la gravedad de los hechos»

08 feb 2023 . Actualizado a las 19:10 h.

La Ley Orgánica de Garantía Integral de la Libertad Sexual, conocida como del «solo sí es sí», estaba llamada a ser la norma estrella del Ministerio de Igualdad, dirigido por Irene Montero, y una medida de la que presumir para Unidas Podemos en su estreno en el Consejo de Ministros del primer Ejecutivo de coalición de la democracia. Pero las divergencias entre socialistas y morados y las más de 400 rebajas de condena a delincuentes sexuales en todo el país la han convertido en el hito más tortuoso para las dos alas del Gobierno.

El germen del «solo sí es sí» está en julio del 2018, un mes después de la moción de censura que desalojó a Mariano Rajoy de la Moncloa. Unidas Podemos, entonces fuera del Gobierno, registró una proposición para dar respuesta al debate público surgido sobre la necesidad de consentimiento para determinar delitos sexuales que abrió la sentencia de la Audiencia de Navarra sobre el caso de La Manada.

Precisamente ayer, la Audiencia de Navarra rechazó rebajar la pena de 15 años de prisión impuesta a uno de los cinco condenados. Argumenta que es adecuada a la nueva ley ya que el Supremo señaló en su día que procedía imponerles 15 años a cada uno por «la gravedad del hecho» y por ser muy próxima al mínimo legal de 14 años, 3 meses y un día, por tanto «resulta proporcionada».

La propuesta de Podemos quedó en un cajón hasta que apareció en el acuerdo de ambos partidos y se comprometían a «blindar que solo sí es sí». 

Advertencia de Calvo y Campo

Igualdad se puso en marcha para poder presentar el anteproyecto como un logro el 8M de aquel año, pero el entonces ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, y la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, mostraron objeciones por «deficiencias técnicas».

Aprobado el anteproyecto de la ley el 3 de marzo, el debate fue recibido por Podemos como un ataque que rompió la paz entre los dos socios de Gobierno y precipitó la convocatoria de la comisión de seguimiento del pacto de coalición. La tensión la evidenció el entonces vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, al afirmar que veía «mucho machista frustrado». En una discreta cita, el 6 de marzo, se acordó que las pugnas se resolverían en privado. No ha sido así.

Un año más tarde, el 6 de julio del 2021, el Consejo de Ministros aprobó el «solo sí es sí». No era una fecha baladí: se cumplía un lustro desde que los integrantes de La Manada agredieran sexualmente a su víctima en los sanfermines. Se inició entonces una tramitación parlamentaria marcada por las dudas de los aliados del bloque de la investidura sobre la posible rebaja de condenas, que Igualdad negaba, y por el informe del Consejo General del Poder Judicial que advertía del riesgo de modificar las penas altas.

La norma entró en vigor el pasado 7 de octubre y ese mismo día un profesor condenado a seis años y nueve meses por abusos sexuales a sus alumnos fue puesto en libertad. La excarcelación fue ordenada por la Audiencia de Madrid tras comprobar que la nueva ley establecía penas menores para el delito.

María Jesús Montero, ministra y número dos del PSOE, abrió la puerta por primera vez a reformar la ley el 14 de noviembre. Pocas horas después, y desde la cumbre del G-20 en Bali, Pedro Sánchez avaló la norma para frenar la fractura en el Gobierno por la vía de esperar a la Fiscalía y el Tribunal Supremo. Pero el goteo de beneficios a condenados y las excarcelaciones se hizo insoportable. Sánchez empezó a alentar la reforma en los corrillos del Día de la Constitución y el 8 de diciembre, socialistas y morados iniciaron la negociación la modificación, a la postre infructuosa, de la ley.