Felipe VI reivindica en Barcelona la independencia judicial como un «baluarte» del Estado de derecho

La Voz REDACCIÓN / AGENCIAS

ESPAÑA

Felipe VI, este martes, en Barcelona, junto a las autoridades y los nuevos jueces que recibieron sus despachos
Felipe VI, este martes, en Barcelona, junto a las autoridades y los nuevos jueces que recibieron sus despachos Kike Rincón | EUROPAPRESS

El rey presidió la entrega de despachos a los nuevos jueces en una ceremonia a la que, por primera vez desde el 2016, asistió una representación del Gobierno catalán

31 ene 2023 . Actualizado a las 20:50 h.

El rey Felipe VI ha entregado este martes los despachos a los 171 nuevos jueces que integran la 71.ª promoción de la carrera judicial, en un acto solemne celebrado en Barcelona, donde se ha referido a la independencia judicial como un «baluarte» que debe respetarse «tanto a nivel institucional como individual», al tiempo que ha recordado que el Estado de derecho reclama a los jueces «una defensa firme de la Constitución y de la ley». «La independencia es, en efecto, la clave de bóveda de vuestra función, un baluarte que constituye la esencia del Estado de derecho porque asegura el principio de separación de poderes que consagra nuestra Constitución. Por tanto, como tal, debe ser proclamada, preservada y respetada tanto a nivel institucional como individual», ha dicho el jefe del Estado. 

El monarca ha recalcado que se trata de «una independencia que va incluso más allá de los factores externos». «Alcanza vuestras propias condiciones personales, como muy bien sabéis. Una independencia que forma parte de vuestro deber profesional y que, lejos de ser un privilegio de los jueces, es la mayor garantía de la protección de los derechos de los ciudadanos», ha continuado.

Asimismo, ha recordado que «el Estado de derecho reclama de sus jueces una defensa firme de la Constitución y de la ley, proporcionando respuestas justas y ecuánimes a los problemas de los ciudadanos y ofreciéndoles un marco de certeza, estabilidad y seguridad jurídica como garantía de una sociedad libre; de una sociedad que, para desarrollarse en paz y concordia, confía en un Poder Judicial integrado por hombres y mujeres independientes, responsables y sometidos únicamente al imperio de la ley».

La Justicia, «condición indispensable para la convivencia pacífica»

Felipe VI ha destacado igualmente que «la Justicia representa uno de los valores fundamentales de las sociedades democráticas como condición indispensable para la convivencia pacífica». «Vuestra entrega a esta tarea revela una enorme vocación de servicio a vuestros conciudadanos y, en definitiva, a vuestro país», ha valorado.

El jefe de Estado también se ha referido al Poder Judicial como «el mecanismo de defensa de los derechos individuales y colectivos constitucionalmente reconocidos y de control de la actuación de los poderes públicos». De la misma forma, ha querido recalcar que el Poder Judicial «emana, como el resto de poderes del Estado, del pueblo español, en el que reside la soberanía nacional». «Y, por ello, la pertenencia a la carrera judicial supone por sí misma un servicio a España», ha enfatizado.

En este contexto, se ha mostrado consciente de que la tarea a la que se enfrentan «es sin duda ilusionante, pero también muy exigente», apuntando que conlleva «grandes responsabilidades» y un «alto sentido institucional -y de Estado-». Cuando lleguen los «momentos difíciles y complejos ante la adopción de resoluciones determinantes», les ha aconsejado preservar «los valores y principios generales» que han aprendido y que «sustentan nuestro ordenamiento y la idea misma de Justicia».

«Como integrantes del Poder Judicial, tenéis el deber de desempeñar vuestra función con arreglo a un riguroso código de conducta y a unos principios éticos que resultan esenciales en el ejercicio de la judicatura», ha manifestado.

«Jueces europeos»

También les ha subrayado que son «jueces europeos». «Europa es parte indisociable de nuestra identidad como nación, y vuestra independencia resulta también imprescindible para asegurar la eficacia y la aplicación uniforme del Derecho de la Unión y la defensa de sus valores: la dignidad humana, la libertad, la democracia, la igualdad, el Estado de derecho y el respeto de los derechos humanos», ha indicado.

Con todo, les ha instado a no perder «las ganas» con las que han recogido sus despachos, afirmando que «solo con el trabajo riguroso, desde una organización fuerte, transparente y responsable, guiada por el exclusivo imperio de las normas, seguiremos avanzando en el respeto a los derechos y libertades reconocidos por la ley».

«Esa es la fortaleza del Estado de derecho y, por tanto, la verdadera grandeza del servicio público con el que os habéis comprometido. Sabéis que para dicho ejercicio contaréis siempre con la confianza y el apoyo incondicional de la Corona», ha asegurado. 

Vuelta a la normalidad

Esta ceremonia, que cada año se celebra en la capital catalana, recuperó en esta ocasión la normalidad respecto a pasadas ediciones. Al acto asistió la consejera catalana de Justicia, Gemma Ubasart. Se trata de la primera vez desde el 2016, cuando acudió el entonces presidente Carles Puigdemont, que un miembro del Ejecutivo autonómico asiste a la entrega de despachos.

En el 2017, en pleno proceso secesionista, no se celebró el acto. La siguiente entrega de despachos tuvo lugar en abril del 2018, con los líderes independentistas ya en prisión preventiva y la causa judicial en manos del Supremo. Se optó por prescindir de autoridades políticas, a excepción del entonces ministro de Justicia, Rafael Catalá. En enero del 2019, el CGPJ trasladó a Madrid el acto aduciendo que coincidía con el 40.º aniversario de la Constitución. La ceremonia del 2020 fue la más controvertida porque, por primera vez, el rey no acudió a Barcelona por decisión del Gobierno para no alterar la convivencia en vísperas de la sentencia que inhabilitó a Quim Torra como presidente de la Generalitat. En el 2021 y el 2022 se celebraron los actos con relativa normalidad, pero sin la presencia de representantes del Gobierno autonómico.