Cándido Conde-Pumpido, nuevo presidente de un Constitucional marcado por la división

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

El presidente del Tribunal Constitucional, Cándido Conde-Pumpido.
El presidente del Tribunal Constitucional, Cándido Conde-Pumpido. SANDRA ALONSO

El elegido advierte en su primer discurso al frente del tribunal de garantías que la autodeterminación no cabe en la Carta Magna

12 ene 2023 . Actualizado a las 09:53 h.

Se cumplieron los pronósticos y el magistrado gallego Cándido Conde-Pumpido, el favorito de Pedro Sánchez, se convirtió este miércoles en el nuevo presidente del Tribunal Constitucional al imponerse por un solo voto a María Luisa Balaguer. El tribunal de garantías tendrá durante los dos años y medio que durará el mandato de Conde-Pumpido un claro perfil progresista, dado que por primera vez la vicepresidencia recaerá en un miembro del mismo sector que el presidente. La progresista Inmaculada Montalbán, experta en feminismo, se hizo con la vicepresidencia frente al conservador Ricardo Enríquez, lo que previsiblemente elevará la tensión entre los dos bloques.

El Gobierno se garantiza un tribunal más cercano a sus propuestas, al contrario de lo que ocurría hasta este momento, cuando el sector conservador era el mayoritario. Fuentes el PP dijeron tras conocer el nombramiento que esperan que el tribunal se blinde ante la «voracidad institucional» del Gobierno de Pedro Sánchez «colocando a dedo a militantes y simpatizantes socialistas al frente de las instituciones, mermando con ello su credibilidad». Los populares cuestionan además que «se haya tensionado de nuevo el procedimiento que se venía siguiendo hasta ahora por el que la vicepresidencia del alto tribunal recaía en alguno de los miembros que forman parte de una corriente doctrinal distinta a la del presidente».

La nueva magistrada María Luisa Segoviano, aupada al Constitucional a propuesta del sector conservador pese a ser progresista, fue decisiva al apoyar a Conde-Pumpido, que se impuso por un solo voto con una mayoría de 6 a 5. Los cuatro magistrados conservadores dieron su voto a Balaguer, que con el suyo recabó cinco. En su primer discurso como presidente, Conde-Pumpido afirmó que la «Constitución no permite ni la secesión ni la independencia ni la autodeterminación».

El nuevo Constitucional tiene encima de la mesa asuntos pendientes con gran repercusión política, a los que se podría sumar la petición de una hipotética consulta en Cataluña que propugna el PSC. El más importante de ellos es el de la ley del aborto de 2010 bajo el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, cuyo recurso por parte del PP lleva pendiente de sentencia durante doce años. La mayoría progresista de 7 a 4 augura un fallo en contra del recurso de los populares.

La ley Celaá y la de eutanasia

El tribunal deberá pronunciarse también sobre la Lomloe, ley de educación conocida como ley Celaá por el nombre de la ministra socialista que la aprobó en 2020. La norma fue recurrida por el PP y por Vox al entender que vulnera la Constitución en cuestiones como la enseñanza de religión y el castellano como lengua vehicular en Cataluña.

Otra patata caliente para el Constitucional es la ley de eutanasia, aprobada en el 2021 y recurrida también por el PP y Vox. Los populares recurrieron además, al igual que Ciudadanos, la violación de la ley que obliga a impartir 25 % de la educación en castellano en Cataluña. El tribunal deberá pronunciarse también sobre la retirada del escaño al diputado de Podemos Alberto Rodríguez y sobre el error del diputado del PP Alberto Casero en la votación de la reforma laboral.

Un magistrado gallego que concita tantas adhesiones como animadversiones en la carrera judicial

Cándido Conde-Pumpido Tourón (A Coruña 1949) es un magistrado que goza de gran autoridad en el mundo de la judicatura. Pero nunca ha sido un juez cómodo, por lo que concita tantas adhesiones como animadversiones entre sus compañeros. Fue fundador y portavoz de la asociación Jueces y juezas para la democracia y pertenece a una larga estirpe de juristas gallegos. Su abuelo, Cándido Conde-Pumpido, fue presidente de la audiencia territorial de A Coruña. Y su padre, Cándido Conde-Pumpido Ferreiro, fue teniente fiscal del Supremo.

Exfiscal general del Estado durante el Gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero, era el preferido por el ala socialista del Gobierno para ocupar la presidencia del Constitucional. Licenciado en Derecho, Ciencias Económicas y Empresariales en 1974 por la Universidad de Santiago de Compostela, en 1976 ocupó la plaza de juez en la localidad ourensana de O Carballiño. Conoció después los años del plomo de ETA ejerciendo como magistrado de la Audiencia de San Sebastián durante cinco años, desde 1981 a 1985. Tuvo una activo protagonismo en la lucha contra el terrorismo y participó también en los juicios del caso GAL.

Llamó legos a sus compañeros

Fue elegido luego por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) como presidente de la Audiencia Provincial de Segovia. En 1995 se incorporó a la Sala Segunda del Tribunal Supremo, siendo el magistrado más joven en lograrlo, con 46 años. En 2004 fue nombrado fiscal general del Estado. Desde entonces se le ha considerado como un magistrado próximo al PSOE.

En 2012 regresó al Tribunal Supremo, en donde estuvo hasta el año 2017, en el que fue elegido por el Senado como miembro del Constitucional. En el tribunal de garantías ha emitido varios votos particulares en contra de las decisiones tomadas por la mayoría conservadora. El más sonado fue el del fallo que declaró ilegal el estado de alarma, en el que dijo que la sentencia era «más propia de un lego o de un jurista de salón que del máximo intérprete de la Constitución».