González Pons: «Sánchez facilita que ultras o un gobernante loco con un boli intenten un golpe de Estado»

María Eugenia Alonso / Lourdes Pére MADRID / COLPISA

ESPAÑA

PABLO MARTIN | EFE

El enlace con Moncloa en la fallida renovación del CGPJ ve imposible pactar ya ante el «gravísimo riesgo de involución constitucional» y compara al presidente con Orbán

11 dic 2022 . Actualizado a las 07:00 h.

No hay puente -ni festivo ni de diálogo- que valga en la convulsionada política española. Así que esta entrevista se rehace sobre la marcha que marcan ahora los cambios legislativos exprés del Gobierno de Pedro Sánchez para suprimir el delito de sedición y atenuar el de malversación por los que fueron condenados los líderes del procés y para forzar la renovación del Constitucional. Con el PP preparando una batería de recursos ante ese mismo TC, Esteban González Pons da por sepultado cualquier pacto con un Sánchez «iliberal» y en el que ve un peligro para la democracia.

Vista la reacción del Gobierno, ¿se ha equivocado el PP al bloquear cuatro años la renovación del Consejo del Poder Judicial? ¿No es eso una vulneración de la Constitución, como les reprocha Moncloa para justificar sus reformas?

No alcanzar un acuerdo es un final posible en toda negociación. Y la Constitución nos obliga a negociar, no a acordar. Lo que acaba de hacer el Gobierno es atacar la Constitución y eso es imposible de justificar. A la Constitución no se la defiende atacándola, eso solo lo hacen los dictadores. Pedro Castillo (el destituido presidente peruano) dijo defender la Constitución de su país atacándola. Pedro Sánchez dice defender la Constitución atacándola.

Cuando sostienen que su objetivo es frenar las intenciones de Sánchez, ¿no supone admitir la politización de la justicia que ustedes dicen combatir?

Sánchez está atacando directamente la Constitución al destruir la división de poderes y desprotegiéndola al eliminar el delito de sedición por el que no solo los independentistas, sino cualquier loco como los que hemos visto estos días en Alemania, o un Pedro Castillo español, podría atacarla. Cuando Sánchez destruye la división de poderes y ataca la Constitución, alguien tendrá que aceptar la responsabilidad de frenarlo, de defender la Constitución.

¿Y ahora qué? ¿A qué fían su oposición a los cambios legislativos forzados por el Gobierno?

España vive una situación de gravísimo riesgo de involución constitucional. Que miembros del Gobierno que están atacando la división de poderes acaben siendo miembros de Tribunal Constitucional que juzgará las leyes de ese mismo Gobierno supone una concentración de poder en manos del presidente del Ejecutivo que no se vive en ninguna democracia occidental. Eso es propio de las democracias llamadas populares; es decir, de aquellas democracias que, en realidad, no son. Nosotros y toda la sociedad debemos movilizarnos, por cauces democráticos y establecidos, para decir 'basta'. La sociedad española debe alzar la voz en las urnas para decirle a Sánchez que la democracia es el poder limitado. Y ni siquiera un Gobierno tan abusivo como este tiene derecho a poner en riesgo la libertad de todos.

¿Hay alguna mínima posibilidad de que se restituya la colaboración institucional entre ustedes y este Ejecutivo? ¿Dónde se frena este deterioro y cuál es su responsabilidad?

Al eliminar el delito de sedición, Sánchez deja libertad a los independentistas para volver a intentar un golpe de Estado. Pero al mismo tiempo, facilita que grupos de ultraderecha o de ultraizquierda, o un loco desde el Poder Ejecutivo utilizando un boli como arma, puedan intentar un golpe de Estado sin más sanción que la que corresponda a los desórdenes públicos. Con la ley de los socialistas en la mano, los golpistas en Alemania o Pedro Castillo en Perú no podrían ser acusados más que de desórdenes públicos. La eliminación de la sedición y la reforma de la malversación harán que salgan a la calle más corruptos que violadores con la 'ley Montero'. Los errores de este Gobierno los están pagando los españoles con mermas de libertad. En estas condiciones, cuando el Gobierno pacta con los enemigos de España desprotegiendo la Constitución, o haciendo que los violadores puedan tener penas más leves o que los corruptos salgan de la cárcel, es absolutamente imposible que nosotros lleguemos a ningún acuerdo institucional con él. Si el Gobierno no defiende la Constitución, tendrá que ser el PP el que lo haga en nombre de la democracia y por vías democráticas. Nosotros no podemos pactar con quienes pactan con golpistas.

Usted vaticina una catarata de recursos de condenados por corrupción. Las fuerzas del Gobierno lo rebaten aferrándose al nuevo delito de enriquecimiento ilícito que han incluido.

Lo mismo que la ley del 'solo sí es sí' ha provocado la indeseada excarcelación de violadores, la reforma del delito de malversación va a provocar la excarcelación de cientos de corruptos gracias al regalo penal del Ejecutivo a Oriol Junqueras. Y ese día llamarán a los jueces corruptores porque no son capaces de interpretar la ley en el sentido en que Sánchez la acaba de dictar.

«Humillación al Supremo»

¿Dónde queda a partir de ahora la condena del Supremo del referendo ilegal del 1-0?

Sánchez ha humillado al Tribunal Supremo. Esa sentencia fue la mejor respuesta al intento de golpe de Estado de los independentistas catalanes. Ahora, Sánchez concede un indulto y después elimina el delito de sedición y convierte la malversación en una regañina a los chicos que han robado dinero público. Lo que hace Sánchez es desautorizar a los jueces del Supremo y al Poder Judicial. Que desde la Presidencia del Gobierno se pueda hacer eso dice muy poco sobre nuestra división de poderes y nuestro Estado de Derecho. Estoy convencido de que el próximo informe de la UE, al principio de la presidencia española de Europa en junio, va a decirnos claramente que estamos acercándonos al borde del iliberalismo. Sánchez se ha convertido en un presidente iliberal. Sus medidas recuerdan mucho a las que tomó Viktor Orbán (el presidente de Hungría) al principio de su transformación en el capitán del iliberalismo europeo.

¿Se sienten presionados por Vox con su moción de censura contra Sánchez? ¿Con aquello de que ustedes son la 'derechita cobarde' y les agite las aguas de los sectores de su partido más combativos contra el Gobierno?

Hay motivos suficientes para presentar una censura contra Sánchez, pero no los votos para ganarla. Y el PP no va a facilitar una victoria parlamentaria de Sánchez. El único partido que desea esa moción más que Vox es el PSOE. El PP no va a delegar la censura al Gobierno en 350 diputados de los que la mayoría deben al presidente obediencia o gratitud. Vamos a reprobar a Sánchez en las urnas. Y la primera cita es el 28 de mayo.

Ya no va a ninguna parte, pero ¿hasta qué punto estaba realmente hecho el pacto sobre el CGPJ?

Habíamos avanzado lo suficiente como para garantizar un Consejo y un Constitucional neutrales e institucionalmente fuertes. Pero descubrimos que, a la vez que con nosotros, el Gobierno estaba negociando con ERC lo contrario. Y uno no puede pactar a la vez con Dios y con el demonio.

Su interlocutor era el ministro Bolaños. ¿Se sintió engañado?

No nos sentimos engañados porque no lograron su objetivo. Era una partida entre caballeros en la que pillamos a Sánchez haciendo trampas.

¿Engañó entonces el presidente a su ministro?

Si Bolaños fue el engañado y nos estaba contando lo que a él le habían hecho creer, eso ya no lo sé.

¿Y el Gobierno no les avanzó nunca que pensaba en el exministro de Justicia Juan Carlos Campo para el Constitucional?

No, es otra mentira en la que les hemos pillado. Cuando te sientas a jugar con un tramposo, a la larga las trampas se ven.

«Aznar gobernó en solitario con 156 escaños»

A pesar de todos los incendios, Sánchez parece estar recortándoles terreno en las encuestas.

Las que están hechas con profesionalidad están anunciando es una victoria del PP en las próximas generales. Lo que está en duda es cuánto de amplia va a ser esa victoria.

¿No les preocupa entonces el repunte de Vox?

Nosotros tenemos que salir a ganar. Hacer los deberes, preparar el examen e intentar que los españoles nos den la confianza mayoritaria. No debemos hacer ningún cálculo electoral de lo que haremos o dejaremos de hacer después. Ir a las elecciones pensando ya con quién vas a pactar cuando no ganes se llama sanchismo. Nosotros aspiramos a obtener suficientes escaños como para entendernos con quien quiera entenderse con nosotros, no con quien necesitemos para poder gobernar.

¿Su escenario pasa por lograr 150 escaños y sumar más que la izquierda para gobernar solos?

Con 156 escaños José María Aznar gobernó en solitario e hizo una de las mejores legislaturas de la historia del PP.

Si tuviera que apostar, ¿las generales se celebrarán en un año?

Habría que oír lo que sus demonios le dicen a Sánchez, porque va a convocar las elecciones cuando le venga bien a él y al cálculo personal que está haciendo para su futuro.