El independentismo más radical clama contra el Código Penal y pide la dimisión del Gobierno catalán

M. Lodeiro REDACCIÓN / LA VOZ

ESPAÑA

Unos manifestantes queman constituciones, códigos civiles y banderas de España en Barcelona
Unos manifestantes queman constituciones, códigos civiles y banderas de España en Barcelona Lorena Sopêna | EUROPA PRESS

ERC replica a la exigua marcha de la ANC, Junts y CUP: «No somos el adversario»

07 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El independentismo catalán subió ayer un peldaño más en la escalera de la autodestrucción. Tras la división de Junts y ERC y de la salida del primero del Gobierno autonómico, la dura crítica entre los hasta hace poco socios ya solo cabe interpretarla en clave electoral o de personalismos, entiéndase en el enfado de Laura Borràs (JxCat) por ser apartada de la presidencia de la Cámara con el apoyo de los de Oriol Junqueras.

Quema de ejemplares de la Constitución, del Código Penal y alguna bandera española, y gritos de traidores, Gobierno catalán, dimisión e independencia es como el secesionismo catalán más radical celebró ayer una protesta en Barcelona contra la reforma de la ley criminal y la negociación del Ejecutivo de Pere Aragonès para realizarla eliminando el delito de sedición.

La marcha, convocada por la ANC, secundada por Junts y la CUP y protagonizada también por los Comités de Defensa de la República, se llevó a cabo bajo el lema Ningún pacto con España para encarcelarnos. La asistencia, unas 10.000 personas, según los organizadores, y menos de la mitad según la Guardia Urbana, no puede considerarse un éxito de movilización. Más bien, un fracaso. En cualquiera de los casos, es un espejo de la división del independentismo. 

«Aragonès, dimisión»

Proclamas como «Aragonès, dimisión» y «Puigdemont, nuestro presidente» lo dejan patente. Todo ello en presencia de líderes de Junts y la CUP como Laura Borràs, Jordi Turull y Carles Riera. Así, aunque la protesta se convocó contra la reforma del Código Penal y se portaron carteles con mensajes alertando de que los desórdenes públicos agravados que sustituirán al delito de sedición «es traicionar al pueblo», la mayoría de las consignas tenían como diana el Ejecutivo catalán y Esquerra para que dimita Aragonès. Y todo en la plaza de San Jaime, delante del palacio de la Generalitat, mientras la portavoz del Gobierno, Patrícia Plaja, informaba de la habitual reunión de los martes. «El independentismo solo avanzará si lo hace unido», reaccionó Plaja e insinuó que los manifestantes se equivocaban: «El Gobierno catalán no es el adversario» les lanzó. «La gente que está en la calle es independentista y este es un Gobierno independentista. Es preciso sumar, no restar, y encontrarán la mano abierta de este Gobierno», aseguró la portavoz de Aragonès.