Sánchez y Feijoo, juego de estrategias: crisis, pactos con ERC y Bildu, sedición, ¿qué contará más en las urnas?

ESPAÑA

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, escucha la intervención del líder del PP,  Alberto Núñez Feijoo, durante un pleno del Senado el pasado octubre.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, escucha la intervención del líder del PP, Alberto Núñez Feijoo, durante un pleno del Senado el pasado octubre. FERNANDO ALVARADO | EFE

Tras aprobarse los Presupuestos, queda un año de legislatura hasta unas elecciones, que estará marcado por el enfrentamiento y la polarización

27 nov 2022 . Actualizado a las 09:55 h.

Tras la aprobación de los Presupuestos, quedan seis meses para las elecciones autonómicas y municipales y uno hasta las generales. Los politólogos consultados por La Voz analizan el actual escenario político, los temas que serán más decisivos en las urnas y quién se presenta con ventaja para ser presidente del Gobierno, en una competencia cada vez más a cara de perro entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijoo.

EL DESGASTE

Elecciones de mayo, decisivas. Para Carlos Barrera, «el Gobierno está sufriendo una seria erosión, que ya venía arrastrando de tiempo atrás, pero que se ha visto agudizada por algunos controvertidos acontecimientos últimos». En todo caso, «las que van a dictar sentencia van a ser las elecciones locales y autonómicas de mayo, vistas en su conjunto, porque hay peculiaridades territoriales que siempre hay que tener en cuenta». Señala que «la cohesión de la coalición de gobierno y del bloque de la mayoría de la legislatura tendrán ahí su prueba de fuego». «Del PP solo se espera que no cometa fallos gruesos para poder llegar en condiciones de arrebatar Moncloa al actual gobierno», sostiene.

CRECE EL BIPARTIDISMO

Ataques cruzados. Santiago Martínez prevé que «este año será un paso más en el fortalecimiento del bipartidismo». «Ciudadanos desaparecerá como tal, Podemos cada vez tiene menos relevancia y lo mismo irá pasando con Vox; ambos se irán convirtiendo en partidos más minoritarios que irán sobreviviendo conforme el contexto o la debilidad puntual de PSOE y PP se lo permita», asegura. En su opinión, «todo apunta a que ese será el escenario, en el que el debate político vendrá muy determinado por la rivalidad Sánchez versus Feijoo, en el que el PP atacará sin denuedo al Gobierno, porque tiene la presión de Vox, y este las debilidades de Feijoo, que cada vez son más evidentes, no solo desde el punto de vista de su carisma, sino también de discurso, ya que a cada propuesta o ataque que haga al Gobierno la respuesta será buscar coherencias entre lo que dice ahora e hizo en Galicia».

EL FACTOR SORPRESA

Una montaña rusa. «Seis meses son aún muchos meses, y ya en apenas pocas semanas hemos visto todo tipo de situaciones que han favorecido a unos o a otros, al PSOE o al PP, según las encuestas», afirma Barrera. «El ambiente político actual es como una montaña rusa y, por tanto, las sorpresas están a la orden del día», explica. «Es cierto que los temas económicos tienen una capacidad grande de influencia en el voto, pero hay otros, políticos, como las concesiones a partidos dudosamente constitucionalistas, que pueden predisponer negativamente a votantes de izquierda tradicionales para seguir haciéndolo al PSOE, que, a lo mejor no llegan a votar al PP, pero podrían ir a la abstención», concluye. Sin embargo, Carmen Lumbierres considera que «el discurso del PP de argumentar en contra del Gobierno por sus socios o aliados en las votaciones (Bildu, ERC) no le va a otorgar más rédito electoral que el de los suyos».

CAMINO A LA MONCLOA

Sánchez o Feijoo. «Falta mucho para poder decir quién puede ganar», asegura Verónica Fumanal. «La primera estación son las elecciones de mayo, y si el PP no consigue un buen resultado podría pinchar ese efecto Feijoo que parece que se diluye», explica. Barrera considera que «la crisis de credibilidad de Sánchez, que hunde sus raíces en el tiempo, hace muy difícil que logre la remontada, por lo que se ve con más posibilidades a Feijoo». En todo caso, «la experiencia demuestra que Sánchez no se va a rendir y no se le puede descartar categóricamente». Martínez destaca que «estar en el gobierno confiere una serie de ventajas que la oposición no tiene, por lo que para que un desafiante gane deben darse varios factores, pero el esencial es que el gobierno de turno sufra un gran desgaste, y lo cierto es que, a lo largo de estos años, el Gobierno se ha desgastado». Añade que «hasta ahora la oposición estaba dividida, ahora el PP es hegemónico, pero, aún así, seguiría dependiendo de Vox, y esa necesidad facilitaría el discurso del Gobierno de que la ultraderecha no debe gobernar, un argumento que podría movilizar a su electorado y al indeciso a la vez». Resalta que «el PP podría ser la fuerza más votada, pero no necesariamente gobernar». En su opinión, «Feijoo tiene sus opciones pero deberá clarificar su discurso, ya que empieza a sufrir el mismo mal que Casado, no tener clara ni la estrategia ni el mensaje ni un discurso propio consistente; su estrategia sigue siendo muy reactiva del Gobierno y de Vox, y a esto hay que unir el cúmulo de intervenciones poco afortunadas que en Galicia se disimulaban, pero que ahora cada vez son más evidentes».

LAS VÍAS PARA GOBERNAR

PP y Vox, obligados a sumar. «Es difícil prever nada, con los condicionamientos externos e imprevisibles que se suceden cada poco», estima Carmen Lumbierres. «La principal dificultad de la derecha es que o suman entre ellos o solos PP y Vox o no tienen ninguna posibilidad de gobierno, están aislados en el panorama pluripartidista y plurinacional que es España», apunta. «Aunque Sánchez tiene más posibilidades, la gestión de expectativas a su izquierda será decisiva para que sea presidente, las relaciones entre Podemos y Yolanda Díaz, y dentro de la organización violeta, serán decisivas para que obtengan un resultado suficiente para pactar con el PSOE», concluye.

Una mayoría parlamentaria asentada que da estabilidad

Fumanal señala que la aprobación de los Presupuestos «demuestra un nivel de estabilidad política muy importante, dada la fragmentación política que experimenta el Congreso». «A pesar de la multiplicidad de partidos necesarios para su aprobación, el Gobierno ha sido capaz de aprobarlos en tiempo y forma durante toda la legislatura, algo que, sin duda, demuestra, a pesar de las discrepancias, una mala salud de hierro para la mayoría parlamentaria de la investidura», concluye. Lumbierres destaca que se han aprobado «con más votos que los que Sánchez contó en la investidura, una mayoría que se va asentando en el Congreso una vez que el presidente del Gobierno entendió claramente cuáles son sus apoyos». Estos van «desde las posiciones de centro como PNV y Coalición Canaria a los independentistas vascos y catalanes, y la izquierda del PSOE». Para la politóloga, «los propios errores de la derecha han provocado un cierre de filas con el Gobierno, cuando parecía más debilitado». «Las reacciones excesivas de la derecha y ataques personales, como los que ha recibido Irene Montero, han conseguido compactar la mayoría parlamentaria», insiste.

Martínez ya previó desde el principio que el Gobierno cumpliría la legislatura, «debido al interés que había entre todos los partidos que le apoyaron en que este gobierno prevaleciera». Estima que «el coste de romper la coalición habría pasado factura entre su electorado a sus componentes, aunque es más evidente que a Podemos no le interesaba ni le interesa tensar demasiado, ya que paulatinamente ha ido perdiendo fuerza comicio tras comicio y no es lo mismo ir a unas generales en el poder que fuera de él».

 ¿Qué contará más en las urnas?

«Solo hay que mirar las encuestas, el primer problema de los españoles es la situación económica, cuando hace tan solo cuatro años el reto independentista catalán se situaba entre los primeros», apunta Fumanal. «Por lo tanto, podríamos afirmar que pesará más la situación económica, que tiene una alta volatilidad, que la sedición», afirma. «El mismo PP de Feijoo quería apuntalar su estrategia sobre lo económico. Sin embargo, tras la debacle de Liz Truss, la abandonó en pro de la cuestión territorial y los pactos con Bildu y ERC», concluye.

«Ahora los datos económicos son buenos, con percepción de remontada y recuperación, pero no se mantendrán de aquí a un año, puesto que la actual inflación conducirá a una recesión que empeorará los datos macro y los micro de las familias, por lo que podría alterar el relato del Gobierno», afirma Martínez. «Respecto a la sedición y demás, faltando un año, no va a ser determinante, porque según avance el tiempo, serán temas que quedarán olvidados para el votante medio, no así para el más ideologizado, y esto sin duda ayudará a la oposición a movilizar a su electorado y buscará convertir este tema en issue de campaña», estima. Pero, insiste, en que «no será fundamental para el electorado menos ideologizado e indeciso». «Será labor de la oposición lograr que de aquí a un año las ascuas de este tema pervivan mínimamente para volver a encender esa llama en campaña», explica. «Lo que sin duda está claro es que el enfrentamiento en este tipo de temas beneficiará claramente a PSOE y PP al polarizar el debate entre ellos», sentencia.

Crisis, en primer lugar

«Sin duda, lo que más pesa en la ciudadanía es la crisis económica y su gestión, que es muy doméstica, muy perceptible en los hogares en el día a día, la inflación, la subida de la energía, la insuficiente subida de los salarios, a excepción de los funcionarios, frente al encarecimiento de la vida», señala Lumbierres. En su opinión, «el resto de los condicionamientos ideológicos o las guerras culturales han pasado a un segundo lugar». «La eficiencia en la gestión económica para la salida de la crisis es uno de los valores que deberían enarbolar», opina la politóloga.