La familia de Primo de Rivera pide exhumar sus restos en la «intimidad»

Melchor Saiz-Pardo COLPISA

ESPAÑA

Vista del Valle de los Caídos en el Escorial (Madrid).
Vista del Valle de los Caídos en el Escorial (Madrid). BENITO ORDOÑEZ

Los allegados del fundador de la Falange se adelantan a la decisión del Gobierno de sacar sus restos del Valle de los Caídos para evitar una «exhibición pública»

24 oct 2022 . Actualizado a las 10:31 h.

La familia José Antonio  Primo de Rivera exhumará personalmente y en la «intimidad» los restos del fundador de la Falange del Valle de los Caídos antes de que el Gobierno ordene trasladar su cadáver fuera de la basílica en cumplimiento de la Ley de Memoria Democrática. Los allegados de Primo de Rivera afirman que su intención, ante todo, es evitar la «exhibición pública» del traslado del féretro.

El duque de Primo de Rivera, Fernando Primo de Rivera, representante de la familia, anunció este lunes en un comunicado que ha solicitado las licencias correspondientes al Ayuntamiento de San Lorenzo de El Escorial para exhumar los restos de Primo de Rivera y hacerlo en la «estricta intimidad».  

Una vez obtenida la autorización solicitada, «los restos serán depositados en el lugar que la familia ha decidido». «De esta manera cumplimos la voluntad manifestada en su testamento por José Antonio Primo de Rivera», recalca el comunicado que recuerda que Primo de Rivera estableció expresamente que deseaba «ser enterrado conforme al rito de la religión Católica, Apostólica, Romana, que profesó, en tierra bendita y bajo el amparo de la Santa Cruz».

El artículo 54.3 de la Ley de Memoria Democrática establece que «las criptas adyacentes a la Basílica (del Valle de los Caídos) y los enterramientos existentes en la misma tienen el carácter de cementerio civil». Por ello, y dado que el sepulcro de Primero de Rivera se encontraba bajo el altar mayor junto a la que fue tumba de Francisco Franco, la familia «se considera obligada a cumplir la voluntad de nuestro tío y llevar a cabo la exhumación y correspondiente inhumación de sus restos mortales en un cementerio sagrado de acuerdo con el tiro católico».

En el comunicado se insiste en que con esta decisión no es necesaria la tramitación conforme al procedimiento previsto en la Ley de Memoria Democrática y con ello «el proceso de exhumación debe permanecer y permanecerá dentro de la estricta intimidad familiar, sin que pueda convertirse en una exhibición pública propensa a confrontaciones de ninguna clase entre españoles».

El Gobierno preveía que los trabajos para la exhumación de los restos de José Antonio Primo de Rivera y Gonzalo Queipo de Llano (éste último enterrado bajo el altar de la Macarena de Sevilla) comenzaran de manera inminente tras la tramitación de la nueva Ley de la Memoria Histórica, que la pasada semana concluyó su tramitación en el Senado .

El pasado viernes, el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, recordó que la norma establece de manera clara que los restos mortales de las personas que participaron en el golpe militar de 1936 no pueden permanecer enterrados en un lugar «preeminente» de acceso público, que no sea un cementerio, y que pueda favorecer la realización de actos públicos de exaltación, enaltecimiento o conmemoración de las violaciones de derechos humanos cometidas durante la Guerra Civil o la dictadura. «Obviamente ?añadió? se les va a dar una sepultura digna donde los familiares decidan».

A diferencia de lo que ocurrió con los restos de Franco, trasladados ya hace tres años al cementerio de Mingorrubio, en El Pardo, el Ejecutivo sí que tenía la idea de dar a la familia de los Primo de Rivera la opción de mover al fundador de Falange, fusilado el 20 de noviembre de 1936, a las criptas donde yacen otras víctimas de la guerra, al entender que su asesinato sí que se produjo en el marco del conflicto armado.