La crisis no se resuelve con una foto

ESPAÑA

Eduardo Parra | Europa Press

11 oct 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Más de seis meses han tardado el presidente del Gobierno y el jefe de la oposición en reunirse cara a cara. Y, entre medias, un wasap a mediados de abril. Aunque no venga en la Constitución, parece una anomalía considerable que los dos principales líderes políticos del país, que además representan a los dos partidos que se alternan en el poder desde 1982, solos o en compañía de otros, se esquiven durante 170 días y se dediquen a intercambiarse epítetos poco favorecedores en los medios de comunicación o en el Parlamento.

Ha tenido que dimitir de verdad, no en diferido, en domingo y con nocturnidad, una de las autoridades del Estado para que Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijoo se vieran a solas. Tres horas es un período de tiempo suficiente para subsanar esta deficiencia. Y quizá, para tender puentes en busca de alternativas que allanen todo lo que la polarización política del último trienio ha dinamitado.

No se trata de que se elogien o se den la razón. Cada partido tiene sus planes, sus ideas y sus votantes. Lo que pretendemos los ciudadanos normales es que nuestros políticos, esos que se acaban de subir el 4 % de sueldo en medio de la crisis, arreglen problemas y no que generen más. Es cierto que el poder judicial preocupa poco en la calle. Y también que hay que aprobar los nombramientos de los puestos clave con una mayoría de tres quintos que evita los rodillos parlamentarios. Los padres de la Constitución reclamaban consensos de nuestros líderes, no rendiciones incondicionales a quien, por avatares del destino, dispusiera de una mayoría no reforzada. Ese mecanismo es el que protege a los contribuyentes de los abusos. Ojalá PSOE y PP lo entiendan y empiecen a entenderse. Una foto no lo arreglará.