Un año de la erupción en La Palma: Puerto Naos, el pueblo más turístico, lleva un año sellado por gases nocivos
ESPAÑA
Nadie sabe cuándo se va a reabrir mientras los vecinos protestan y piden regresar
19 sep 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Casi todas las referencias a Puerto Naos (Los Llanos), en la costa oeste de La Palma, entre Tazacorte y Fuencaliente, hablan de un «pueblo fantasma». Es un símil fácil, pero acertado, porque efectivamente no hay ni un alma en sus calles. Y eso, que de por sí impacta, lo hace aún más al tratarse de uno de los tres principales puntos turísticos de la isla.
Tiene un hotel de más de mil camas que aún no se ha podido estrenar, y otras tres mil más sin poder usar. Unos mil vecinos censados, cerca de cien empresas y una enorme población flotante que ha desaparecido por completo desde hace un año. Y eso que, pese a la cercanía, hasta aquí no llegó la lava. No hay nada destruido. Pero la elevada concentración de gases (las mediciones son constantes), sobre todo de CO2, crean un escenario «incompatible con la vida», como explicaba esta semana un técnico de seguridad del Cabildo.
Mueren con frecuencia aves y otros animales que se acercan a determinados puntos. Es zona de exclusión, con acceso cerrado y vigilado, y solo se puede acceder en casos especiales, bajo estricto control y medición de gases, acompañados de personal especializado. Esta semana, por ejemplo, reabrieron los locales de la familia Castro, tres hermanos que llevan toda su vida junto al paseo y que ahora quieren emprender en otro lugar.
En Puerto Naos no se sabe cuánto va a durar esta situación —ayer hubo una reunión de vecinos— lo que añade más angustia a las más de mil personas desplazadas. Son muchos los que quieren volver, que no entienden lo que pasa y creen que se debe hace algo. Este lunes está convocada una manifestación en Los Llanos en protesta por la lentitud de la recuperación en La Palma.
En Puerto Naos vivía Ramón López Pousa, de Pontevedra. Tiene 73 años, está jubilado, y llevaba tres años en el pueblo, donde además fue acogido con enorme cariño y donde se encontraba muy a gusto. Cuando los evacuaron estuvo, primero, con una familia, y después se fue a un hotel de los habilitados para desplazados, hasta hace poco más de un mes, cuando volvió a Galicia, a Vigo. Ni él ni nadie de los vecinos saben si podrán regresar. El volcán cambió su vida, y la de tanta gente.