Los líderes extranjeros levantan el veto al Gobierno de Aragonès tras su giro pragmático

Cristian Reino BARCELONA / COLPISA

ESPAÑA

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, en una imagen de archivo.
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, en una imagen de archivo. Quique García | Efe

El fin del «procés» abre los despachos de mandatarios occidentales a la Generalitat

27 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, iniciará la semana próxima el curso político con un viaje a París, en el que pretende escenificar que el Gobierno catalán ya no es un foco de inestabilidad en la Unión Europea como así lo ha percibido la comunidad internacional durante los últimos años, marcados por el desafío independentista.

El martes, Aragonès participará en París en un encuentro organizado por la patronal francesa Medef, en el que intervendrá en una mesa, junto al ministro del Interior francés, Gérald Darmanin; el ex primer ministro galo, Bernard Cazeneuve; el presidente de Córcega, Gilles Simeoni; y la vicepresidenta de la región de Guadalupe, Marie-Luce Penchard. En pleno procés y en Francia, país centralista por antonomasia, hubiera resultado impensable que el presidente catalán fuera invitado por la patronal a debatir con un miembro del Ejecutivo galo sobre cuestiones de conflictos territoriales.

«Trabajamos por la autodeterminación y para poder construir un Estado independiente. La semana que viene expondré nuestra posición en el debate», afirmó Aragonès cuando confirmó su asistencia al foro en el que también estarán la primera ministra, Élisabeth Borne, y la ministra de Europa y Asuntos Exteriores, Catherine Colonna. Aragonès defenderá el proyecto del gasoducto MidCat para transportar gas e hidrógeno verde desde España hacia el norte de Europa, pasando por Cataluña.

El veto de hace años

Durante los años del procés, los presidentes de la Generalitat y otros dirigentes del Gobierno catalán viajaron por todo el mundo y no consiguieron ser recibidos por mandatarios con peso, solo con líderes regionales. Fue significativo el veto de la UE al Ejecutivo catalán. Bruselas cerró sus despachos a cal y canto para los independentistas, que antes del procés tuvieron una buena interlocución con la Administración comunitaria. El presidente de la Comisión, casi era costumbre, que recibiera al de la Generalitat meses después de su investidura.

Con el desafío independentista, ni Mas, ni Puigdemont ni Torra pudieron saludar al presidente de la Comisión. El veto de Bruselas ya se ha levantado. La apuesta de Aragonès por el diálogo con el Gobierno central, la estrategia de ERC de apoyar la gobernabilidad española y el fin del procés han permitido a la Generalitat abrir una nueva etapa en las relaciones internacionales. Del aislamiento absoluto de estos años, se está pasando a una cierta normalidad. Aragonès pudo saludar y departir unos minutos con la presidenta de la CE, Ursula von der Leyen, el pasado mes de mayo en Barcelona.

El presidente catalán rompía así una sequía de más de 10 años. El deshielo con la UE tuvo su continuidad en junio con la reunión en Barcelona entre Aragonès y el vicepresidente de la Comisión Europea, Margaritis Schinas. La última vez que un presidente catalán estrechó la mano del presidente de la Comisión fue en el 2011 (un año antes del inicio del procés). José Manuel Durão Barroso y Artur Mas se vieron en la sede comunitaria. En cambio, dos años después, en 2013, Mas viajó a Bruselas y se encontró con el diplomático «por problemas de agenda» no habrá reunión entre Barroso y el presidente catalán.