La ANC reta a Aragonès y plantea una Diada contra su Ejecutivo por no avanzar hacia la independencia

Cristian Reino BARCELONA / COLPISA

ESPAÑA

El vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonès, en una imagen de archivo.
El vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonès, en una imagen de archivo. David Zorrakino | Europa Press

Este año se cumple el décimo aniversario del inicio del desafío secesionista, con el movimiento más dividido que nunca

24 ago 2022 . Actualizado a las 18:20 h.

La manifestación independentista de la Diada del 11 de septiembre será especial este año. Marcará el décimo aniversario del inicio del desafío independentista y servirá de metáfora de cómo está en estos momentos el movimiento secesionista catalán: como reinos de taifas desorientados, sin una estrategia común y en continua pelea.

Si el año pasado ya se escucharon abucheos e insultos contra los dirigentes secesionistas, por ejemplo contra Oriol Junqueras, que había sido indultado unos meses antes, este año el foco de las críticas estará puesto en el Gobierno catalán. La ANC intensifica estos días su campaña de movilización y ya apunta que la protesta de este año estará focalizada en arremeter contra el Ejecutivo catalán por no haber dado pasos hacia la independencia. Algunas fuentes secesionistas hablan incluso de que se está preparando un linchamiento contra el Ejecutivo de Pere Aragonès, que el año pasado fue presionado: «Presidente, haga la independencia», espetó Elisenda Paluzie. «Ahora más que nunca es imprescindible tu presencia en la manifestación de la Diada. Solo así presionaremos al Gobierno para proclamar la independencia», según la convocatoria de la ANC para la protesta de dentro de dos semanas. 

Participación similar

El año pasado acudieron a la manifestación 108.000 personas, según los cálculos de la Guardia Urbana de Barcelona, muy lejos de las grandes marchas de hace unos pocos años. Para la presente edición, los organizadores esperan guarismos similares a los del 2021, registrados en un contexto aún de pandemia.

El ambiente, eso sí, cada vez es más crispado y ya nadie escapa a las críticas. La división está en todos los ámbitos del movimiento: entre ERC y Junts, dentro de Junts, hay enfrentamiento entre el independentismo de base y el institucional y hay una corriente antipolítica creciente, que es la que revienta los actos.

La presidenta de la ANC elegida en mayo pasado, Dolors Feliu, ya mostró entonces prisa para volver a reactivar el procés y fijó como horizonte para la secesión de Cataluña como «muy tarde» antes del 2025.