La división en el soberanismo catalán le aleja del referendo escocés, fijado para el 2023

CRISTIAN REINO BARCELONA / COLPISA

ESPAÑA

En esta ocasión, el referendo escocés no ha levantado la moral de la tropa nacionalista catalana, consciente de que el «procés» está en suspenso

16 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El anuncio por parte de la ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, de que convocará un segundo referendo sobre la independencia en octubre del 2023 ha cogido esta vez con el pie cambiado al secesionismo catalán, peleado en sus cuitas internas y pendiente de otros asuntos menos épicos como la causa penal de Laura Borràs o la mesa de diálogo con el Gobierno de Pedro Sánchez.

Nada que ver con la primera intentona, en la que las agendas de Edimburgo y Barcelona se sincronizaron con precisión: Escocia votó sobre la independencia en septiembre del 2014 (y rechazó la secesión con el 55 % de los votos) y Cataluña hizo el ensayo general de lo que luego sería el 1-O el 9 de noviembre de ese mismo año. El entonces presidente de la Generalitat, Artur Mas, lo vendió como una consulta y hasta salió exultante a dar los resultados y proclamar el «éxito» del proceso participativo.

En esta ocasión, el referendo escocés no ha levantado la moral de la tropa nacionalista catalana, consciente de que el procés está en suspenso. Solo Quim Torra, entre los primeros espadas del independentismo catalán, ha celebrado con entusiasmo el anuncio de Sturgeon y ha propuesto celebrar una consulta a la vez que los escoceses. Carles Puigdemont, no tanto, pero Pere Aragonès y Oriol Junqueras han pasado más bien de puntillas.

El Parlamento catalán aprobó en el último pleno del curso, antes del parón del verano, una moción de apoyo a la consulta escocesa, con los votos de Esquerra, Junts, los comunes y la CUP, pero se quedó muy lejos de instar al Govern a ponerse a la rueda de Edimburgo para preparar una nueva votación.

El ejemplo a seguir

La vía escocesa siempre ha sido el ejemplo a seguir por parte del secesionismo catalán. La celebración de un referendo con el visto bueno del Gobierno central, como ocurrió en el 2014 con el antiguo premier David Cameron, es el objetivo de los independentistas catalanes. En cambio, la vía escocesa puede que ya no sirva, porque todo apunta a que esta segunda consulta no tendrá el aval de Londres. Si Sturgeon siguiera hacia adelante hasta el final, digan lo que digan el Gobierno británico y el Tribunal Supremo, lo que estaría es aplicando la vía catalana de Puigdemont y Junqueras. Y ya ha avisado que un «referendo ilegal no se podría llevar adelante».

En Cataluña esa senda, la de celebrar una nueva consulta unilateral, solo la defienden la CUP y Torra, que es de la órbita de Junts, pero ni es dirigente ni militante de la formación. Los anticapitalistas proponen celebrar un nuevo 1-O antes del 2025 para seguir la estela escocesa. Esquerra, en cambio, mantiene la estrategia de agotar la vía de diálogo con el Gobierno, eso sí, sin descartar que una vez se constate como un camino fracasado deberá activar otras estrategias que en estos momentos ni se mencionan.

Efecto espejo

Junts rechaza tanto un nuevo referendo como la mesa de diálogo y aboga por reactivar la declaración unilateral de independencia aunque no pone fechas. Los postconvergentes aprobaron recientemente su estrategia política para los próximos años. Y en concreto, sobre Escocia, la formación cree que puede «abrir una nueva oportunidad para poner la autodeterminación en el centro del debate europeo». Debe servir, dicen, como «efecto espejo» para que el «caso catalán forme parte de la solución territorial que Bruselas tendrá que adoptar para el caso escocés».  Las decisiones que adopte la UE, si gana el 'sí' en Escocia, determinarán el marco de referencia de los próximos pasos del procés, según entienden en la formación de Puigdemont.

La tibieza con la que ha recibido el independentismo el segundo referendo escocés se explica en parte porque aún es una incógnita. Se desconoce que harán Sturgeon y Boris Johnson y cuál será la reacción de Bruselas. La ministra principal ha señalado que en caso de no contar con el aval de Londres podría convocar elecciones plebiscitarias, una fórmula que ya empleó Mas en el 2015 y que acabó como el rosario de la aurora dos años después.

La ANC la ha vuelto a proponer. El Govern despachó el primer anuncio de Sturgeon con varios tuits de la consejera de Exteriores. «Fuerza y coraje, Escocia. Vuestro camino es el nuestro. Lo hicieron en el 2014 y lo volverán a hacer. Escocia y Cataluña somos naciones que tenemos el derecho de autodeterminación», escribió Victoria Alsina.