El nuevo núcleo duro del PSOE: cinco ministros y tres repescados para remontar

Francisco Espiñeira Fandiño
Francisco Espiñeira REDACCIÓN / LA VOZ

ESPAÑA

Pedro Sánchez rodeado de los cargos sustitutos nombrados tras el Comité Federal del PSOE en Madrid.
Pedro Sánchez rodeado de los cargos sustitutos nombrados tras el Comité Federal del PSOE en Madrid. Jesús Hellín | EUROPAPRESS

Ni rastro de los barones teóricamente más críticos, como Javier Lambán o Emiliano García Page

24 jul 2022 . Actualizado a las 10:33 h.

Algunos esperaban un penúltimo cartucho por parte de Pedro Sánchez, algún movimiento sorpresa que diera un poco más de eco a un Comité Federal que se convirtió en un paseo triunfal del Sánchez más izquierdista. El reparto de roles estaba listo desde el miércoles y todos parecían contentos con el retorno al pasado que ha supuesto este movimiento de la dirección del PSOE, que supone una enmienda casi a la totalidad de lo aprobado entre estruendosos aplausos en el congreso de Valencia hace apenas un año.

Y es que este sábado en Ferraz no hubo ni rastro ni de Adriana Lastra. Tampoco de Felipe Sicilia, el portavoz del partido que será relevado por Pilar Alegría, o de Héctor Gómez, el teórico portavoz parlamentario que no pudo quitarse de encima la etiqueta de compañero de salidas en bicicleta del presidente del Gobierno en sus escapadas a Canarias.

El nuevo PSOE consiste, en realidad en aumentar el control de Moncloa sobre las estructuras del partido y en repescar a tres antiguos rivales, a veces también amigos, de Pedro Sánchez para intentar una remontada en las encuestas que evite que la sensación de cambio de ciclo se instale en la sociedad española cuando aún falta casi año y medio para la cita con las urnas.

Así, Pedro Sánchez, que ya se encargó de eliminar cualquier contrapeso a su poder orgánico tras la reconquista del partido en las primarias frente a Susana Díaz, despachará los asuntos del día a día del PSOE con cinco ministros: Félix Bolaños, su mano derecha y hombre para todo que no ha conseguido sacarse de encima la sombra de Iván Redondo ni la torpe gestión del supuesto espionaje a los líderes del 1-O; María Jesús Montero, con excelentes relaciones con Unidas Podemos; Isabel Rodríguez, encargada de trasladar el mensaje del Gobierno cada martes tras el Consejo de Ministros; Pilar Alegría, que hará lo mismo con el partido, y Miquel Iceta, como gesto hacia un PSC que se ha convertido en el principal bastión de Sánchez.

Ni rastro de los barones teóricamente más críticos, como Javier Lambán o Emiliano García Page. Tampoco de los más próximos, como Ximo Puig o Fernández Vara.

El mensaje es más poder para Sánchez, que otorgará galones a tres antiguos rivales para aprovechar su experiencia orgánica. Óscar López, su jefe de gabinete, y Antonio Hernando, el mismo que le consiguió su primer trabajo como fontanero en Ferraz serán los encargados de mejorar la coordinación entre el Gobierno y el partido. Y Patxi López, el hombre que le preguntó a Sánchez si se sabía el concepto de nación, será el encargado de confrontar con el PP en el Congreso de los Diputados.

En la trastienda seguirá Santos Cerdán, el ganador silencioso de la pelea orgánica del PSOE.