Doble alerta policial ante los llamamientos de antisistema contra la cumbre de la OTAN

MELCHOR SAZ-PARDO MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Un agente del equipo Pegaso de la Guardia Civil para el control del espacio aéreo,  vigilando hoy el aeropuerto de Barajas.
Un agente del equipo Pegaso de la Guardia Civil para el control del espacio aéreo, vigilando hoy el aeropuerto de Barajas. Chema Moya | EFE

Interior detecta la llegada de radicales violentos procedentes de otros países relacionados con los «blacks blocks», las células de encapuchados de extrema izquierda especialistas en provocar disturbios en las grandes citas internacionales

24 jun 2022 . Actualizado a las 19:22 h.

Los servicios de información de la Policía Nacional y la Guardia Civil coinciden en que las grandes amenazas de seguridad en la cumbre de la OTAN vienen de dos vectores: «grupos extremistas radicales violentos de carácter antisistema» y posibles ciberataques rusos. Los analistas del Ministerio del Interior ya han detectado que «elementos violentos» de carácter antisistema y anarquista procedentes de diferentes puntos de España y Europa llegaron durante el último mes a Madrid para intentar reventar las protestas pacíficas en contra de la reunión internacional que tendrá lugar entre el 28 y el 30 de junio en Madrid.

Aunque en las últimas semanas se intensificaron los controles en los pasos fronterizos terrestres con Francia y en los aeropuertos, las fuerzas de seguridad tienen constancia de la presencia de decenas de activistas italianos, griegos, franceses, holandeses y belgas, entre otras nacionalidades, relacionados con los blacks blocks, las células de encapuchados de extrema izquierda especialistas en provocar disturbios en las grandes citas internacionales. La mayoría de ellos se aloja en casas y centros okupados de Madrid, aunque también en casas autogestionadas de Valencia, Andalucía o Cataluña.

El gran temor de la Policía Nacional es que estos antisistema violentos puedan infiltrarse en la gran manifestación pacífica del domingo a las 12 horas, la principal protesta convocada contra la cumbre. Esta marcha, que transcurrirá entre Atocha y Plaza de España, cuenta con el apoyo de Izquierda Unida y Podemos.

Según fuentes policiales, los organizadores manejan una previsión de asistencia de 5.000 personas, lo que en principio no supondría riesgo alguno de seguridad. El temor es que los radicales traten de reventar la protesta al final de la misma con fuertes enfrentamientos con la policía.

La marcha de Atocha va a ser la gran oportunidad de los antisistema después de que la Delegación del Gobierno se haya negado a autorizar otras dos marchas del Movimiento Antirrepresivo que debían desarrollarse el 29 de junio por la tarde en las inmediaciones del Museo del Prado, donde los líderes mundiales se reunirán para la denominada cena euroatlántica. Las autoridades, que recibieron una decena de peticiones para celebrar manifestaciones en relación a la cumbre de la OTAN, solo han dado el visto bueno a seis de ellas.

España se blinda ante una posible nueva ola de ciberataques rusos 

La otra preocupación de la policía española es una ofensiva de los hackers patrocinados por el Kremlin para intentar sabotear los sistemas informáticos de la cumbre de la OTAN o atacar instituciones o empresas españolas en plena reunión internacional.

Desde que el pasado mes de marzo Rusia incluyera a España, junto a otro medio centenar de estados, en su lista de «países hostiles» por su apoyo económico y militar a Ucrania, los ciberataques contra intereses españoles se incrementaron.

Los especialistas del CCN (Centro Criptológico Nacional) del CNI, del Centro Nacional de Infraestructuras Críticas (CNPIC), y de la Oficina de Coordinación de Ciberseguridad (OCC) no descartan que, ante la reunión atlántica de Madrid, Rusia decida dar un «salto cualitativo» en su «estrategia de hostigamiento» y movilice a sus unidades de inteligencia y a sus grupos de hackers a sueldo más peligrosos (Fancy Bear y sobre todo, Cozy Bear) en campañas de «gran envergadura» para «paralizar» sectores de la Administración española o sistemas de la propia cumbre, con la consiguiente repercusión mediática.