La vía de Feijoo para llegar a La Moncloa: seducir al felipismo para acabar con el sanchismo

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado MADRID | LA VOZ

ESPAÑA

Martina Miser

Las llamadas a los socialistas desencantados por parte del presidente del PP son constantes desde que se instaló en Génova

13 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

OPA hostil al PSOE. Más concretamente, al clásico PSOE. Al de siempre. Alberto Núñez Feijoo tiene la convicción de que el camino a La Moncloa pasa por seducir a un buen número de socialistas desencantados con la dirección de su partido, por lo que desde que asumió las riendas del PP, buena parte de su estrategia viene consistiendo en arrojar las redes a un caladero que su radar ha detectado lleno de peces.

El líder gallego está convencido de que existe una gran desafección de muchos ciudadanos que en pasados procesos electorales otorgaron su confianza al partido del puño y la rosa, pero que ahora aprecia huérfanos por varias cuestiones: el pacto de Sánchez con Podemos para armar una coalición que el socialista había negado un par de días antes, su alianza en las Cortes con EH Bildu y ERC, o la concesión de los indultos a los condenados por el procés. También por el empeoramiento de la situación económica. Por ello, Feijoo aprovecha cada una de sus intervenciones para lanzarles constantes guiños: no me tengáis miedo.

La siembra comenzó desde el mismo congreso de Sevilla, donde el primer fin de semana de abril salió encumbrado líder del PP: «¿Tenemos la mejor opción, el mejor gobierno posible?», preguntó. Él mismo ofreció la respuesta: «No. Y creo que la mayoría de los votantes del PSOE saben que no es el mejor gobierno para este momento», mencionó en su discurso de cierre.

Y previsiblemente este goteo no cesará ya hasta que lleguen unas elecciones que Sánchez sitúa no antes de finales del 2023. Las apelaciones de Feijoo a los socialistas desencantados con «el sanchismo» o el «partido sanchista» son muy frecuentes: «Somos la antítesis al actual sanchismo. Tuvimos coincidencias con el PSOE, pero el PSOE ha mutado, ya no es el de la Transición», lamentó la pasada semana desde Villarrobledo (Albacete). Tan solo unos días después, en su primera reunión con diputados, senadores y europarlamentarios del grupo, admitió que «España se ilusionó con la Transición» en la que «el PSOE de los años 80» había jugado un papel fundamental. Otra clara llamada.

«Lo de Felipe nos hizo pupa»

En Ferraz insisten en vincular a Feijoo con «la ultraderecha», pero voces dentro del partido en Andalucía admiten «el acierto del gallego» con su estrategia, y no dudan en señalar el daño que les ocasionó la intervención de Felipe González en el programa de Bertín Osborne protagonizado por Feijoo, en el que el expresidente socialista no ocultó su buen feeling con el gallego.

Previamente, el de Os Peares había confesado al presentador que en la Transición había votado a González, un asunto ya bien conocido en Galicia, pero que todavía no manejaba el gran público a nivel estatal. «Lo voté por convicción. Y lo volvería a hacer», afirmó Feijoo ante la sorpresa de Bertín. A renglón seguido, aparece por sorpresa el expresidente socialista en una pantalla gigante para trasladar un mensaje a «su amigo». Las mismas fuentes socialistas reconocen que «lo de Felipe nos hizo mucha pupa».

Precisamente Andalucía será el territorio en el que se desarrolle la primera batalla electoral desde que Feijoo efectuó su traslado a Madrid y, por tanto, el primer laboratorio de pruebas para testar su estrategia. Los mensajes del líder de la oposición siguen la misma línea: «Si somos capaces de unir al centro, a la derecha y a muchos votantes del PSOE, Juanma Moreno podrá ser presidente con tranquilidad y con mucha autonomía», dijo, apelando a una mayoría suficiente que les permita renovar en San Telmo sin la necesidad de integrar a otras formaciones en el Ejecutivo autonómico.

La corbata de Page

El acecho sobre los socialistas desencantados presenta también otra arista. Feijoo mantiene una buena relación con algunos de los presidentes autonómicos del PSOE que se han mostrado más críticos con algunas de las decisiones adoptadas por Sánchez, como el aragonés Javier Lambán, o especialmente con el castellanomanchego Emiliano García-Page, cuyos mensajes en algunos temas se asemejan más a los del gallego que a los del secretario general de su partido.

«Sería bueno que el señor Page influya un poco más en el PSOE, y que haya más PSOE y menos partido de Sánchez», lamentó el líder popular en una de sus últimas intervenciones. Al presidente manchego tampoco le va mal el juego. En la visita de Feijoo a Albacete de hace unos días, Page estrenó en un acto en Cuenca una corbata azul repleta de motivos con el escudo de Galicia que le había regalado hace tiempo el expresidente de la Xunta. Page no comentó ni una sola palabra sobre el desplazamiento de Feijoo a su tierra, pero hay gestos que lo dicen todo.