En cualquiera de los casos, a diferencia de la expectación despertada por su presencia en Sanxenxo, el anterior jefe del Estado desembarcó en el aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas de manera discreta y rápida a través del pabellón del General Aviation Service S.L.FBO (terminal ejecutiva) donde le esperaba su escolta. Según fuentes de la seguridad del Estado, el emérito dispuso durante las horas que pasó en Madrid de una cápsula de seguridad propia.