Sánchez lanza guiños a sus aliados para cerrar la crisis sobre el espionaje

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el pasado 28 de abril en Madrid
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el pasado 28 de abril en Madrid MARISCAL | EFE

Agradece a EH Bildu su comprensión de «las prioridades del país»

19 may 2022 . Actualizado a las 09:14 h.

Pedro Sánchez intenta cerrar la crisis abierta en su Gobierno a raíz del espionaje a dirigentes políticos con un acercamiento a las formaciones independentistas. El jefe del Ejecutivo busca apuntalar la mayoría parlamentaria en la que se apoyó para su investidura, para los Presupuestos y para la aprobación de la gran mayoría de las leyes durante esta legislatura. En la sesión de control de ayer, Sánchez ofreció guiños a tres de sus socios esenciales, que siguen advirtiendo de las desconfianzas que les ha generado el caso Pegasus.

En primer lugar, al PNV. Su portavoz, Aitor Esteban, resultó claro y directo en su pregunta: «¿Disponen la Guardia Civil o la Policía Nacional del programa Pegasus?». La réplica de Sánchez fue igual de clara: «La respuesta es que no. El Ministerio del Interior ya clarificó hace semanas que no tenían ese programa informático», contestó. Esteban pareció no acabar de fiarse «Que lo diga usted es importante. Yo, por el momento, tomo nota, y ya veremos de aquí a unos meses qué es lo que pasa», respondió. En la réplica Sánchez se comprometió a escuchar la propuesta para reformar las leyes que rigen el CNI presentada por el PNV esta misma semana.

El siguiente guiño del presidente del Gobierno estuvo dirigido a EH Bildu. Su portavoz parlamentaria, Mertxe Aizpurua, dibujó un panorama político «complicado» en el que «la mayoría de izquierda y plurinacional está tocada». «Y eso no es bueno para su Gobierno. Estará en peligro», le advirtió la dirigente aberzale, para a continuación reafirmar su voluntad de «recuperar y reforzar la mayoría progresista» en la Cámara Baja. «Trabajaremos para mantenerla», puntualizó el partido clave en la convalidación del último decreto llevado a las Cortes por el Gobierno. Sánchez agradeció a Bildu su apoyo por «entender cuáles son las prioridades del país», lo que suscitó revuelo en la oposición.

Aizpurua recordó a Sánchez que su estabilidad en la Moncloa depende en buena medida de que profundice en su «apuesta por dar solución a los conflictos territoriales». Sánchez empleó aquí su turno para lanzar su tercer guiño, en este caso a sus socios de ERC, con los que las relaciones están más deterioradas. «La confianza que tiene el Gobierno en restablecer cuanto antes el diálogo con las instituciones catalanas es total, absoluta y rotunda», afirmó, para a continuación invitar al presidente del Ejecutivo catalán, Pere Aragonès, uno de los dirigentes espiados por el CNI, a que pusiera fecha para celebrar una nueva reunión de la mesa de diálogo: «El Gobierno está dispuesto a reunirse cuando considere también la parte catalana».

El PP de ayer y de antes de ayer

Por otra parte, Cuca Gamarra, portavoz del PP, pidió a Sánchez que aclarara «qué tipo de relación estableció con los investigados», en especial cuando logró ser proclamado presidente por un «estrecho margen» gracias a «las 18 abstenciones de ERC y Bildu». «A ellos es a quien debe usted ser hoy presidente», recriminó. Sánchez lamentó que el nuevo PP es más parecido al de «antes de ayer» que al de Casado.