En vista del revuelo causado por sus palabras, Bernardo Álvarez envió un comunicado de prensa en el que pidió perdón y admitió que no estuvo «acertado». El obispo pidió perdón «a cuantos haya podido ofender» con sus palabras, «de manera especial a las personas LGTBI», a quienes expresó su «respeto y consideración».