El PP busca hacerse decisivo en el Congreso porque a Sánchez «no le vale» con ERC y Bildu
ESPAÑA
Emplea la crisis con Pegasus para mostrarse como alternativa
16 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.El clima entre el Gobierno y el PP está «enrarecido». Los populares no van a dejar pasar el hecho de que el pasado miércoles, durante la sesión de control en el Congreso, Pedro Sánchez les llamara «mangantes». El malestar en el principal partido de la oposición es palpable y, aunque persisten en tender la mano al Ejecutivo para demostrar que hay alternativa, avisan a los socialistas de que «harían bien en no insultarnos antes de pedirnos que les salvemos la vida». «Necesitan nuestros votos porque no les vale con los de Bildu», señalan fuentes de Génova.
Con una brecha abierta en su base parlamentaria por el escándalo del espionaje, el Ejecutivo ha visto esta semana cómo el PP volvía a salir en su auxilio para permitir la tramitación de la Ley de Seguridad Nacional. «Esperamos que el Gobierno entienda que solo puede abordar los acuerdos de Estado con el principal partido de la oposición», señaló la secretaria general de los conservadores, Cuca Gamarra.
No es la primera vez que el PP rescata al Gobierno en el mes y medio que Alberto Núñez Feijoo lleva a sus mandos. Hace una semana blindó al Ejecutivo para que no se viera forzado a aceptar una comisión de investigación sobre Pegasus. Lo hicieron, dicen los populares, por «responsabilidad», porque no quieren un campo de batalla en un asunto de seguridad nacional. «Que Sánchez haya decidido debilitar las instituciones no significa que nosotros lo vayamos a hacer», aseveró Feijoo.
El PP defendió también a la jefa de los espías cuando, tras su comparecencia en el Congreso ante la comisión de secretos oficiales, los socios del Ejecutivo elevaron el tono y extremaron la exigencia de responsabilidades. Junto con Vox y Cs, respaldaron los argumentos del PSOE y concluyeron que las explicaciones ofrecidas por Paz Esteban habían sido satisfactorias.
Cesión a los soberanistas
La decisión poco después del Gobierno de cesar a la directora del CNI fue criticada con dureza por los conservadores al considerar que «debilita al Estado» y consuma el «esperpento» con el único objetivo de que Sánchez pueda intentar garantizarse «su supervivencia política». Creen que la Moncloa ha utilizado la filtración de la infección de Pegasus en los móviles de Sánchez y de los ministros de Defensa e Interior para tener una supuesta justificación con la que ceder ante sus aliados de Esquerra. «El presidente se ha rendido a las exigencias de unos socios insaciables», censuró Feijóo.
La llegada del dirigente gallego a la presidencia del PP inauguró un disenso cordial, menos beligerante, y abrió la puerta a pactar con los socialistas los grandes asuntos del Estado como reclaman la mayoría de los votantes de los dos grandes partidos. Según el último estudio publicado por el CIS, nueve de cada diez ciudadanos consideran bastante o muy importante que se alcancen acuerdos de este tipo. Es más, casi la totalidad de los electores del PSOE, según los datos del instituto demoscópico, cree que La Moncloa debería haber alcanzado un acuerdo con los populares para aprobar su decreto anticrisis. El Gobierno sufrió para convalidarlo, pero solo recurrió a los de Feijóo cuando se vio al borde del abismo. Sin embargo, optó en el último momento por el aval de EH Bildu.