«Hiriente y aberrante»
Del carácter del juez «del 47», como le conocen, también hace mención un compañero de toga. Recuerda las duras críticas que vertió contra él en un congreso de su asociación judicial, la moderada Francisco de Vitoria, cuando se presentó una ponencia sobre la necesidad de presentar vocales al Consejo General del Poder Judicial. «Me atacó en público con mala educación, de forma hiriente y aberrante», rememora.
Este juez recuerda incluso las menciones a que su padre fue vicepresidente del primer CGPJ para resaltar sus argumentos. Erudito en historia del derecho -su tesis doctoral, sobre las amenazas, obtuvo una calificación de Summa Cum Laude-, Carretero ha vuelto ahora al primer plano mediático con el 'caso mascarillas'. Un «asunto grave», de especial «repercusión pública», porque Luceño y Medina actuaron en lo peor de la pandemia, cuando había «miles de fallecidos diarios», avanzó en una providencia de mediados de abril. Toda una declaración de intenciones sobre el protagonismo del caso estrella «del 47», que congregó a tantos medios de comunicación el pasado lunes, durante las declaraciones de los investigados, que los más antiguos de los juzgados madrileños solo recuerdan un episodio similar tras los atentados del 11-M, con el llamado caso del ácido bórico. «Es absurdo decir que los medios y la sociedad no influyen para nada en los jueces. Sin embargo, puedo asegurar que estos juzgan en conciencia con independencia del clamor mediático. En ocasiones la ley coincidirá con los periódicos y otras veces no», respondía Carretero al diario universitario. El «pata negra» de la plaza Castilla está de vuelta.