Aragonès amenaza con dinamitar la mayoría de la investidura de Sánchez por el presunto espionaje

C. Reino / P. de las Heras BARCELONA, MADRID / COLPISA

ESPAÑA

La ministra Maroto y el presidente Aragonès coincidieron este miércoles en la inauguración de una fábrica en Barcelona, pero prácticamente no se hablaron
La ministra Maroto y el presidente Aragonès coincidieron este miércoles en la inauguración de una fábrica en Barcelona, pero prácticamente no se hablaron Quique García | EFE

El Gobierno ofrece diálogo y restituir la confianza, pero la legislatura pende de un hilo

21 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

A Esquerra se le empieza a acabar la paciencia con el Gobierno. El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, redobló ayer la presión sobre Pedro Sánchez y lo amenazó con retirarle el apoyo parlamentario en el Congreso.

La mayoría de la investidura de Pedro Sánchez está cada vez más frágil, según apuntan en las filas republicanas, y solo puede volver a ser el bloque homogéneo del inicio de la legislatura si el Gobierno abre una investigación y aclara quién estuvo detrás del supuesto espionaje sufrido entre el 2017 y el 2020 por más de sesenta de dirigentes independentistas, entre ellos los últimos cuatro presidentes de la Generalitat. Esta es la exigencia de Pere Aragonès, que ve «evidencias claras» de que el responsable del espionaje masivo es la agencia de inteligencia española. «No hay que ser Sherlock Holmes para señalar al CNI», ironizó en RAC-1.

El jefe del Ejecutivo catalán insistió además en tener un encuentro «cara a cara» con el presidente del Gobierno, lo que contradice su anuncio de congelar las relaciones, y la presión de sus socios de Junts, que le exigen que rompa con Sánchez y el PSOE. De momento, no puede dinamitar la mayoría de la legislatura, pues estaría enterrando la mesa de diálogo, que es su apuesta estrella y con la que se diferencia de Junts, su principal adversario. El presidente de ERC, Oriol Junqueras, reiteró en La Sexta que no abandonarán la bandera del diálogo.

Pero a día de hoy, la amenaza de apretar el botón rojo de la ruptura de la estabilidad parlamentaria es casi el único elemento de presión que le queda a ERC para que el Gobierno la tenga en consideración. Aragonès coincidió ayer con la ministra de Industria, Reyes Maroto, en la inauguración de una fábrica en Barcelona. Hablaron más bien poco. «Si no hay asunción de responsabilidades, será muy difícil que la estabilidad parlamentaria siga como hasta ahora», aseguró.

El presidente catalán fue contundente, pero no tanto como la presidenta del Parlamento autonómico, Laura Borràs, quien exigió la dimisión de Pedro Sánchez como el señor x de los espionajes.

Puigdemont fue el primero en comparar el catalangate con el GAL. Aragonès está aprovechando la polémica con el espionaje de Pegasus para presionar con la convocatoria de la mesa de diálogo. El líder de Esquerra viaja hoy a Madrid para reunirse en el Congreso con los grupos parlamentarios que han padecido el espionaje —ERC, Junts, PDECat, CUP y EH Bildu— y desde donde redoblará la presión. 

Contactos

En el Gobierno se muestran confiados en poder reconducir la crisis con «diálogo». Fuentes de la Moncloa alegan que ha habido contactos entre los equipos de ambos y ellos se han estado cruzando mensajes, como reveló Aragonès. El trasfondo, una posible reunión de la mesa de diálogo. De hecho, en Madrid alegan que, lejos de dificultar que se concrete una fecha, este incidente podría «agilizar» las cosas. Entre tanto, sin embargo, la presión aumenta. De nada ha servido que la ministra portavoz, Isabel Rodríguez, el martes, y ayer la de Defensa, Margarita Robles, aseguraran que el «respeto a la legalidad» por parte del CNI es absoluto, que el Gobierno no ha espiado a nadie y que su apuesta por la vía política en Cataluña ha quedado demostrada esta legislatura.

Ayer, Unidas Podemos, ERC, Junts, EH-Bildu, PNV, CUP, BNG, PDECat, Más País y Compromís registraron una petición en el Congreso para crear una comisión de investigación sobre el asunto «El PSOE no es consciente de que la legislatura pende de un hilo», advierte un diputado de una las formaciones firmantes. Los aliados del Gobierno le reprochan que minimice el problema, que tildan de muy grave, y que actúe como si no pasara nada. La semana que viene se vota en el Congreso el plan contra las consecuencias económicas de la guerra de Ucrania y, a pesar de que la mayoría de los grupos parlamentarios habían anticipado ya su respaldo, ahora algunos se muestran reticentes a garantizar nada. «El depósito [de confianza], avisó ayer Aragonès, está prácticamente a cero».

 Así funciona Pegasus, con acceso libre a fotos, documentos y llamadas 

Javier Arias

La ingente cantidad de información que hoy en día guarda un smartphone sobre sus propios usuarios no es solo objeto de deseo por parte de cibercriminales al uso. También hay empresas que ofrecen programas de espionaje a gobiernos, ejércitos y distintas fuerzas policiales con el fin de combatir el terrorismo o buscar personas desaparecidas. Eso es precisamente lo que la tecnológica israelí NSO Group afirma que hace su software Pegasus, una polémica herramienta que se encuentra en el punto de mira tras haberse utilizado para acceder a los móviles de más de 60 políticos, periodistas y empresarios independentistas, según la investigación realizada por The New Yorker y The Citizen Lab.

El citado programa espía actúa como un malware —un virus informático— a través del cual es posible acceder a fotografías, documentos y mensajes, aunque estén encriptados por servicios de mensajería instantánea como Telegram o WhatsApp. También permite grabar conversaciones y vídeos activando, por control remoto, las cámaras y micrófonos de los propios dispositivos. Puede transmitir el audio de conversaciones privadas con suma facilidad. O realizar capturas de pantalla, revisar el historial de navegación y acceder a los archivos guardados en las nubes de Google, Amazon o Apple.

Aunque su principal novedad respecto a los tradicionales programas de espionaje es que este no requiere de ninguna acción del usuario para poder acceder al dispositivo. Es decir, puede infectar un teléfono móvil a través de una llamada o un mensaje sin necesidad de contestar o abrir ningún archivo. Una ejecución totalmente invisible para el usuario que lo convierte en un dispositivo de vigilancia 24 horas y transmite la información recopilada a una entidad externa.

La única forma de dejar de convertirse en una víctima de Pegasus es cambiar de teléfono, ya que en la actualidad no existe ninguna tecnología capaz de borrar este programa espía de sus memorias internas. Y todo ello pese a que se trata de un software con al menos seis años en el mercado. La noticia sobre su existencia se desveló por primera vez a raíz del asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi, aunque todo parece indicar que se lleva utilizando desde al menos el año 2010.

Otro de los elementos distintivos de este programa espía desarrollado por Israel es que su comercialización está muy restringida, ya que solo puede ser adquirido por Gobiernos de países considerados democráticos, lo que limita el número de clientes en todo el mundo.