El tribunal consideró que «no era un funcionario más sino la cabeza del consistorio durante dos legislativas», destacando además «la defraudación de la confianza depositada en el mismo y que utilizó para su propio enriquecimiento personal» además de «la peligrosidad» de su «conducta para la Administración Pública que lideraba».
En esta línea, los magistrados cargaron con dureza contra González Panero y aseguraron que su declaración en el juicio no cumplió con la «veracidad, suficiente y utilidad» necesarias. «Negó su participación en los hechos en las seis declaraciones que realizó en fase de instrucción, y no fue hasta días antes del inicio del juicio en que presentó un escrito anunciando 'un reconocimiento de hechos'», recuerda el fallo.