Unidades de élite
En Defensa ya no hacen por ocultar sus temores de que el Kremlin se esté reservando sus unidades de élite en sabotajes. El pasado 21 de marzo, en plena ofensiva, uno de los mayores expertos de las Fuerzas Armadas en ciberataques, Francisco Marín Gutiérrez , teniente coronel del Ejército de Tierra, publicó un informe en Instituto Español de Estudios de Defensa ( el 'think tank' de Defensa) en que el avisaba que el servicio de inteligencia militar ruso (GRU) y en particular una unidad denominada 26.165 desde mediados de la década de los 2000, está volcada en la «explotación de vulnerabilidades en redes y el acceso no autorizado a sistemas informáticos».
En concreto, y así lo reflejan los documentos de las agencias remitidos a Moncloa, el temor de las agencias españolas que el Kremlin dé un «salto cualitativo» en su «estrategia de hostigamiento» y movilice a sus unidades de inteligencia y a sus grupos de hackers a sueldo más peligrosos (Fancy Bear y sobre todo, Cozy Bear) en campañas de «gran envergadura» para «paralizar» sectores de la Administración. Esos informes alertan de que no serán ya ataques breves, sino que el objetivo es introducirse en los sistemas durante largos períodos de tiempo a través de brechas desconocidas (ataques de día cero) o a través de proveedores externos.